A cuarenta metros de profundidad bajo las estrechas vías del centro de Nápoles, se encuentra un mundo a parte, todavía inexplorado en su mayor parte, en el que descubrirás acueductos y canales, un teatro romano o vestigios de refugios antiaéreos de la II Guerra Mundial. Para tus hijos una lección de historia y de arte envuelta en una gran aventura descubrir el Nápoles subteráneo.

Accede aquí al descuento exclusivo del 10% en tu seguro de viajes por ser seguidor de Ruta en Familia

La Asociación Cultural Nápoles Subterráneo está recuperando estas joyas que la ciudad italiana guarda en su «sótano», y se organizan visitas guiadas como la que puedes contratar en Civitatis en español. Es el corazón de Napoles, el lugar en donde nació. Visitarlo significa realizar un viaje en el tiempo, a dos mil cuatrocientos años atrás. La visita comienza bajando los ciento treinta escalones construidos durante la II Guerra Mundial para crear un rápido acceso y utlizarlo como refugio.

 

De los griegos a la II Guerra Mundial

Las primeras excavaciones se remontan a 5.000 años, casi al final de la prehistoria. Los griegos excavaron muchas zonas para sacar toba para hacer murallas. Estos túneles fueron utilizados cómo ipogeos funerarios. en la época del emperador Augusto, los romanos edificaron un acueducto grandioso y diversos túneles como la cueva de Cocceio y la Cueva de Seiano. En el siglo XVII se edificó un acueducto nuevo, pero ya a principios del siglo XX se dejó de excavar en el subsuelo para buscar agua. con lo que una red de dos millones de mc quedó abandonada.

La Segunda Guerra Mundial dio una nueva vida a los túneles que fueron utilizados como refugios antiaéreos. Durante un largo periodo los refugiados vivieron en el subsuelo, por eso se conservan objetos referentes a este periodo. Una recreación sirve para testimoniar «Las Cuatro Jornadas de Nápoles» durante la Segunda Guerra Mundial.

El Teatro Romano de Nerón

En una antigua carpintería vemos aparecer una parte del Teatro de Nerón. Una pequeña escotilla bajo una cama da acceso, increíblemente a un teatro romano. Para confirmar su existencia solo necesitas pasear en Via Anticaglia donde se ven dos robustas arcadas que en época romana constituían estructuras de refuerzo de las paredes externas del teatro.

 

 

Bajando en el subsuelo es posible encontrar otras maravillas…..y con un poco de imaginación se puede comprender el tamaño de este teatro, uno de los más importantes y extensos de aquel tiempo. Nerón también actuó en el teatro de Nápoles, con obras compuestas en la misma ciudad. Los escritores antiguos cuentan que el Emperador contrató unos espectadores de la plebe para que le aplaudieran, y ni siquiera un terremoto interrumpió su canto……

Se conserva tan sólo un espacio de 150 m pero con una altura de 12 m. Se puede ver lo que queda de la «suma caves», o sea, el anillo superior de las gradas. En el interior hay una exposición de belenes con 30 vitrinas del siglo XVIII. La tradición del pesebre napolitano la trajo a España el rey Carlos III, quien participaba personalmente en la realización de los pastores del Belén del Palacio Real.

 

Canales

El recorrido por los canales os llevará a la zona más sugestiva y sinuosa, ya que en algunos tramos se vuelve muy estrecho. Encontrareis jardín experimental que tiene el objetivo de mostrar cómo estas cavidades subterráneas un día, podrían ser utilizadas. En este punto de la excursión, los visitantes se equipan con velas para continuar con el tour. El uso de una vela será la única forma para acceder al tramo mas misterioso. Todos por un minuto os sentiréis espeleólogos urbanos.

Cuando se entra en el canal encontraréis a lo largo del trayecto una cisterna privada de dimensiones menores y con un solo pozo para acceder desde la superficie. El ánfora de terracota representa el modo en el cuál los napolitanos extraían el agua, sumergiendo el vaso sostenido por una cuerda resalía a la superficie lentamente.

El canal conduce a una grandísima cisterna de época imperial, que ofrece un pequeño ejemplo de la imponente estructura del acueducto greco-romano.