Una escapada de un día a Segovia en familia rematada con un buen cochinillo. A los niños les maravillará observar la grandeza del Acueducto, subir a la Torre del Alcázar y sentirse como caballeros o princesas entre las armaduras y banderolas. Sin duda, disfrutarán lanzando el plato al suelo después de partir el cochinillo en uno de los asadores de la ciudad.

Al llegar os recomiendo dejar el coche en el aparcamiento del Acueducto, así podréis pasear por Segovia todo el día sin estar pendientes, ya que hay zona de estacionamiento limitado en todo  el casco histórico. Al salir lo primero que les impresionará a los niños es el imponente Acueducto. 16 kilómetros de recorrido desde su origen en la Sierra de Guadarrama. Fue construido a principios del siglo II d.C. bajo el emperador Trajano. Construido para abastecer de agua a la ciudad, los sillares de granito están sentados «a Hueso» (sin argamasa de unión).

Acueducto romano

Foto: Ignacio Arias

Foto: Ignacio Arias

En la misma plaza acercaros a la oficina de turismo. Allí os facilitarán información y  para los niños un folleto «Descubre Segovia, Encuentra un Tesoro».  El folleto propone una especie de gymkana  con la que los niños tendrán que buscar pistas a lo largo del recorrido que te propone. Una iniciativa que les ayuda a implicarse en lo que van viendo. Hay uno para niños de 6 a 8 años y otro para mayores de 8 años. Si queréis llevar vuestra visita preparada os podéis descargar el folleto en este enlace.

Casa de los picos Segovia

Foto: Ignacio Arias

Desde el Acueducto, subiendo por la calle Cervantes llegarás a la Casa de los Picos. Su curiosa fachada no pasa desapercibida. La decoración de puntas de diamante tiene sentido defensivo y ornamental. Es del siglo XV y perteneció a la familia de la Hoz. Justo en frente hay un mirador. Si el día está despejado podréis ver que la montaña tiene la forma de la silueta de una mujer tumbada,  que llaman «la mujer muerta».

Esgrafiado segoviano

Continuando con el paseo, os llamará la atención la fachada del Palacio de Conde Alpuente o Aspiroz, donde podréis leer «prohibido aparcar carruajes bajo multa de 5 pesetas». (Los niños tendrán que descubrir este cartel para completar su gymkana). Esta fachada típica segoviana está realizada con la técnica del esgrafiado, una especie de cincelado en piedra formando círculos cuadrados y flores, que se utilizaba para decorar y a la vez tapar las irregularidades de la fachada. Todavía en algunas fachadas modernas se sigue utilizando.

Un poquito más adelante encontramos la antigua Sinagoga Mayor (actual convento del Corus Christi). Una de las que mejor se ha conservado gracias a su conversión en 1410 a iglesia católica. Puedes consultar los horarios de visita en este enlace.

Foto: Ignacio Arias

Foto: Ignacio Arias

En la Plaza Mayor veréis de frente la Catedral, de estilo gótico tardío. Comenzó a construirse en 1525 para sustituir a la Catedral Vieja que estaba en los actuales jardines del Alcázar y fue destruida cinco años antes en la Guerra de las Comunidades. La Torre ha estado habitada hasta mediados del siglo XX por el campanero. Puedes contratar una visita guiada por la ciudad con Civitatis que incluye entrada en la Catedral y el Alcazar.

Alcázar de Segovia

Foto: Ignacio Arias

Foto: Ignacio Arias

Atravesando el barrio la judería por fin llegamos al Alcazar, ese castillo de cuento para explorar. Atravesar el puente sobre el profundo foso ya nos hace retroceder siglos a la época de los caballeros y princesas. Les permitirá saber quienes fueron Alfonso X el Sabio, Isabel la Católica, que salió de aquí para ser proclamada reina; o Felipe II, que celebró su cuarta boda en este lugar. Para los niños, lo mejor es subir a la torre por la intrincada escalera de caracol y la armería con cañones, ballestas, espadas, escudos, armaduras.  En invierno está abierto hasta las 18:00 h y en verano hasta las 19:00h. Consulta precios en este enlace.

Valle del Eresma

Tras el intenso paseo, os recomiendo bajar al Valle del Eresma, próximo al Alcazar. Una zona verde, con agradables paseos en la ribera del río, donde los niños pueden expandirse. Y si os quedáis con ganas de más historia, alberga un gran número de monumentos.

Cochinillo

Foto: Ignacio Arias

Foto: Ignacio Arias

Para reponer fuerzas, ya se sabe el cochinillo y el cordero son la estrella. Hay multitud de asadores donde degustarlos. Por supuesto, en los postres no podéis dejar de probar el Ponche Segoviano. Los más conocidos son Mesón de Cándido, junto al Acueducto; José María, junto a la Catedral y Casa Duque, en la calle  mayor.