Por segundo año consecutivo, Hendaya y Anglet, dos poblaciones litorales del País Vasco Francés, presentaron en Madrid su atractiva oferta turística y novedades para la temporada
La proximidad a la frontera española, especialmente en el caso de Hendaya, que está al otro lado de la desembocadura del río Bidasoa, frente a Hondarribia, hace muy atrayente este destino turístico vasco francés.
Pues aunque es mucha la cercanía de las fronteras, son ambientes y estilos diferentes que se perciben entre ambas poblaciones, e incluso varía la gastronomía y otros aspectos de la vida diaria de ambas poblaciones, como señalaba durante la presentación en Madrid, Jean Sébastien Halty, Director de la Oficina de Turismo de Hendaya. Lo que hace atractiva la visita, además de tratarse de una población con tres kilómetros y medio de espléndidas playas y tratarse de un destino de relax y bienestar.
Por su parte Anglet, situada a tan sólo media hora en coche de la anterior, fundamenta su encanto en ser “la pequeña California”, como destacó Pantxika Labrouche, Directora de la Oficina de Turismo de la localidad: “por su estado de ánimo, su arte de vivir y su cultura del surf, Anglet es una ciudad natural y deportiva de la costa vasca”.
Sus cuatro kilómetros y medio de costa de arena virgen y el gran número de pinares existentes, son el motivo de la particularidad de hacer de Anglet una ciudad en la naturaleza, inmersa en una gran masa forestal que genera un ambiente relajado y especial.
Ideal para las familias
En Hendaya destaca su coqueto centro histórico con típicas casas de estilo vasco francés, las rocas gemelas de la playa de Ondarraitz y, especialmente, el histórico Castillo Observatorio Abbadia. De arquitectura neogótica, este emblemático edificio representa uno de los tesoros más preciados de la región.
Por otra parte, la amplia playa de Hendaya, al estar protegida del oleaje, está considerada como una de las más seguras del País Vasco, un lugar ideal para aprender y perfeccionarse, a partir de los seis años, gracias a las escuelas de surf del lugar. E incluso, a partir de los tres años, hay clases de surf para bebés que ofrece la “New School”: clases de una hora, de cuatro a cinco niños como máximo, en presencia de los padres.
Por este y otros motivos, Hendaya resulta un destino ideal para familias, reconocido con el prestigioso sello “Famille Plus” que -en la línea del español “Sello de Turismo Familiar”-, se otorga en reconocimiento a destinos turísticos, en este caso de Francia, que ofrecen una atención personalizada, actividades para todas las edades, buenos precios y profesionales atentos a las necesidades de las familias.
Paraíso surfero
Por su idoneidad para la práctica del surf –cuenta con once playas de arena que se extienden a lo largo de cuatro kilómetros, con 11 puntos de surf, entre otras cosas- Anglet es un paraíso para la práctica de este deporte. Incluso cuenta con una embajadora de gran nivel como es Pauline Ado, surfista reconocida internacionalmente, ganadora de numerosos campeonatos y medallista olímpica en Tokio 2020.
Junto con su ambiente relajado y muy natural, Anglet atrae a visitantes con experiencias y actividades diferentes, como los cursos de socorrismo, impartidos con los socorristas de la playa en sus mismas casetas, que se imparten durante las vacaciones escolares francesas (en períodos de abril a octubre) para aprender y prevenirse sobre los peligros del océano.
Originales en Anglet son también las visitas guiadas a bordo de la furgoneta “Woody”, una auténtica VW Combi de los años 70, de color naranja por más señas, llegada directamente desde California, para recrear aún más si cabe el ambiente surfero que la ha dado fama como la “California francesa”. La visita finaliza de la mejor forma posible… con una deliciosa degustación de productos locales.
Y otra actividad también diferente en Anglet, para practicarla los días en los que el océano se convierte en una “balsa de aceite”, son las excursiones de paddle como alternativa al surf. Equipados con una tabla y un remo son divertidos paseos por el agua, para descubrir los tesoros escondidos de la “Plage de la Petite Chambre d’Amour”.