El Café de la Ópera ofrece un plan diferente para cenar en familia descubriendo la mejor lírica entre plato y plato de una forma didáctica, divertida y muy cercana.
En pleno centro de Madrid, en una de las zonas más monumentales y bonitas de la capital se encuentra el Café de la Ópera, un restaurante donde disfrutar de una noche diferente con una cena cantada, frente al Teatro Real de la Ópera y al Palacio Real. El colofón perfecto a un paseo descubriendo los jardines de Sabatini, los relojes del Palacio Real o las esculturas de los reyes de España en la plaza de Oriente.
El Café de la Ópera es un clásico de la noche madrileña que lleva ofreciendo desde hace más de 25 años una original cena cantada con música en directo. Una puesta en escena que viene de un pianista y grandes figuras de la Líricia que, entre plato y plato, van completando un repertorio con piezas de Óperas que a todos nos resultan familiares. Una estupenda forma de introducir a los jóvenes en los grandes clásicos de la lírica. Después de cada intervención, los artistas explican la historia de la Ópera que acaban de interpretar de una forma didáctica y nada técnica que te pone en contexto. Así descubrirán las grandes historias de amor y desamor que esconden estas obras maestras como Carmen, La Traviata, Madame Butterfly o Rigoletto.
La Zarzuela puesta en valor
También hay un homenaje especial para la Zarzuela, nuestro mal llamado género chico, del que es un apasionado el director artístico de este espectáculo, Manuel Ganchegui. Nuestra Zarzuela es nuestro gran género lírico. Comenzó a llamársele género chico porque en Cataluña comenzaron a representarse zarzuelas de un solo acto, más cortas y ligeras. Pero hay grandes zarzuelas en tres actos que son genero grande. Realmente la zarzuela es un género más completo que la Ópera ya que ofrece una combinación de teatro, canto y baile. Ahora que tenemos la Gran Vía llena de musicales al estilo americano, deberíamos ser conscientes que nuestras Zarzuelas son las precursoras de esos musicales de la Gran Vía.
No hay duda de que saldrás del Café de la Ópera contagiado por el amor y respeto que Manuel tiene a la Zarzuela y descubrirás como sus letras sorteaban la censura con metáforas y picaresca como en el caso de El Barberillo de Lavapiés.
No lo dudes, si vais con los abuelos y los nietos, verás como la emoción de los mayores sienten con la música de su juventud en forma de zarzuelas o boleros se contagia a los más pequeños. Será una experiencia única verles disfrutar y emocionarse juntos en un ambiente íntimo y familiar con un cantante lírico que os canta prácticamente al oído.
Durante la noche se crea una atmósfera de comunión con los cantantes, debido a su cercanía tanto física como emocional, que no dudes que terminaréis cantando y riendo juntos brindando por la vida. Incluso habrá alguna sorpresa divertida durante la velada.
El Menú degustación de la cena cantada
Si especial es el espectáculo, en el Café de la Ópera no se descuida el menú. En la cena cantada se sirve un menú degustación cuidadosamente diseñado y discretamente servido entre arias y romanzas.
- Croquetita de jamón de Jabugo sobre patata paja y delicia de chipirón con salsa alioli
- Crema templada de calabaza con crujiente de jamón
- Taco de bacalao al pil pil tradicional con guindilla
- Lingote de cordero confitado sobre su demi-glace y ensalada vietnamita
- Flan de queso gallego con helado de violeta
Sin duda una experiencia original en familia para acercar a los más jóvenes a la lírica y la ópera de una forma ligera y amena.
Datos Prácticos Café de la Ópera
Calle de Arrieta, 6
tl: 915426382
Horario Cena Cantada: Sábados de 21:30 a 24:00h
Precio: 50€ (niños consultar al hacer la reserva)
Magnifico sitio para ir en familia. He estado y lo recomiendo. Para niños y no tan niños. Me encantan las actividades así, que te ayudan a que la gente se vaya introduciendo en la cultura de forma amena. Y nada más nuestro que la gastronomía y la zarzuela, y si damos un pasito hacia la ópera… todavía mejor.
Tienes toda la razón. Es un plan en familia diferente en el que todos pueden disfrutar, desde los abuelos a los niños.