Ferrol ofrece una escapada apasionante en familia para descubrir, desde su Arsenal con los imponentes barcos, el Museo de la Construcción Naval, un paseo por la ría a la conquista del Castillo de San Felipe o su vertiente más artística con la Ruta Modernista y las Meninas de Canido.

Ferrol es una ciudad creada por la corona con un objetivo defensivo por su situación estratégica. Se podría decir que Ferrol es un producto de la Ilustración. Candidata a Patrimonio Mundial, la estrella de la candidatura es el Arsenal.

Ferrol es blanco y azul

A mediados del siglo XVIII, bajo el reinado de Fernando VI se crea el Arsenal Militar y el Astillero y se originan dos barrios: el de la Magdalena, donde vivía la clase burguesa, y el de Esteiro donde vivía el barrio obrero. Se creó una infraestructura que permitía construir 12 barcos simultáneamente en un terreno ganado al mar.

La ría de Ferrol nunca ha sido conquistada. Una flota inglesa con 15.000 hombres lo intentó por la playa en agosto de 1800, con la intención de llegar al Arsenal Militar. Había pocos soldados defendiéndolo, pero no contaron con que la gente de la zona decidió salir a luchar contra los ingleses.

Museo de la Construcción Naval

Ferrol alberga la mayor exposición de España sobre la construcción naval con maquetas, planos, utensilios y embarcaciones reales ubicado en un edificio industrial del siglo XVIII, con bóvedas y arcos de sillería, que fue restaurado e inaugurado como museo en 2008. Para los más pequeños está disponible una guíaventura que propone una búsqueda del tesoro a través de la historia de la construcción naval. Los niños deben seguir las pistas que ha dejado el pirata despistado en algunas piezas del museo.

En el Museo de la Construcción Naval verás los diferentes tipos de embarcaciones, desde la Edad de Bronce hasta nuestros días. La maqueta más impresionante del museo es la de Juan Sebastián el Cano, pero también podrás ver petroleros, buques de guerra, cruceros, en definitiva, diversos tipos de barcos. Zonas curiosas son las dedicadas a las técnicas de construcción (remaches y soldaduras), plantillas y la zona dedicada a elementos de informática de los primeros tiempos. Las hélices, las turbinas, faros y demás elementos seguro que despertarán la curiosidad de los más pequeños. Para entender la importancia de Ferrol en el mundo de la construcción naval basta con observar con detenimiento la maqueta del astillero de Ferrol en el siglo XVIII al comienzo de tu visita al museo.

Verás la evolución de los astilleros desde el siglo XVII hasta convertirse en uno de los mayores astilleros del mundo en los años 70 del siglo pasado con la construcción de megapetroleros. El más conocido fue el Arteaga, un megapetrolero que se bota en 1972. Tenía 330 metros de eslora de largo y unas 325.000 toneladas de peso muerto. En aquel momento los japoneses eran los únicos que estaba haciendo este tipo de megapetroleros, pero en dique seco. En Ferrol se construyó en una grada, algo que no se había hecho hasta el momento y que despertó los resquemores de los japoneses porque perderían su monopolio. El día de la botadura había una gran expectación de público y periodistas y el barco es botado sin problemas, lo único que al entrar 325.000 toneladas de peso muerto en la ría se desplaza agua y el público termina empapado.

El mayor tesoro del Museo de Construcción naval son los restos de la fragata Magdalena se hunde en 1810 junto con el bergantín Palomo. La fragata contaba con una tripulación de 500 hombres de los que solo sobrevivieron 3. A la mañana siguiente los vecinos se ponen a recoger los cuerpos que está soltando el mar y se encuentran con el capitán del barco, don Blas de Salcedo abrazado al cuerpo de su hijo. La viuda de don Blas de Salcedo se quedaba a cargo de 8 hijos más y solo uno en edad de trabajar. En aquel momento no se recibía ningún tipo de subsidio, así que se hubieran condenado a la absoluta miseria. Ella junto con otras mujeres afectadas por el naufragio, se movilizan y consiguen que se apruebe un Real Decreto que obligará a la Armada dar una pensión a los familiares de las víctimas de un naufragio como éste.

La última parte del museo permite sumergirse en el interior de los barcos, ya sea un buque del siglo XVIII o una fragata del siglo XXI pasando por las zonas de la tripulación, el entrepuente o los camarotes.

Un paseo en barco por la ría infranqueable

Durante el verano hay un servicio diario cada hora de un barco que sale del puerto hasta el castillo y el patrón va explicando la historia de la ría y del castillo. También hay un servicio continuo de Mugardos a Ferrol.

Historia de la roca de la reina

Durante vuestro trayecto por la ría veréis una roca que los ferrolanos llaman “el culo de la Reina” con una curiosa historia detrás. La reina a la que se refiere es Mariana de Neoburgo, segunda esposa de Carlos II, el hechizado.

Mariana de Neoburgo se casó por poderes con Carlos II y una vez casada tiene que venir a España en barco desde Alemania. La idea era que desembarcara en Santander, donde todo estaba preparado para su recibimiento, pero una serie de tormentas hacen que acabe en la ría de Ferrol. Aquí se produce un problema de protocolo. Como reina de España que ya era, tenía que ser recibida por las autoridades que en ese momento estaban en Santander esperándola. Tuvo que quedarse varios días dentro del barco hasta que estuviera todo preparado y como se aburría salía y se sentaba en esa roca para disfrutar de las vistas de la ría. También necesitaba un vestido a la altura de la ocasión según el protocolo español. Así que llamaron a las mejores costureras de Ferrol, que subieron a bordo a tomar medidas y preparar el vestido, y ya de paso aprovecharon para quejarse a su majestad porque se llevaban a los muchachos a la mili durante años. Cuando la reina por fin llega a Madrid y se encuentra con el rey, le habla del buen trato recibido en Ferrol. Así que Carlos II dejó exentos de levas (la mili de entonces) a Ferrol y Mugardos durante una buena temporada y le dio a Mugardos el título de real villa de Mugardos, sin acordarse de que un rey anterior ya le había dado este título. Actualmente, los habitantes de Mugardos presumen de ser los de la dos veces real villa de Mugardos.

El triángulo de los Castillos

Al desembarcar en el Castillo de San Felipe, los niños se sentirán como en una película de piratas, pero debes extremar la precaución con ellos porque en algunas zonas hay alturas sin protección.

Fue Felipe II el que mandó construir tres castillos para defender la ría de Ferrol. El de San Felipe a un lado, y el de Nuestra Señora de la Palma y San Martín al otro. Así se formó un triángulo de fuego para defender la zona.

De hecho, este castillo y el de enfrente, Castillo La Palma se construyeron para evitar que tanto piratas como ejércitos atacaran la ría de Ferrol. Se ataba una cadena de lado a lado que impedía el paso de los navíos. Todavía se pueden ver las argollas donde iban atadas las cadenas.

Tenía unos 100 cañones apuntando a la entrada de la ría, aunque nunca se llegaron a utilizar porque no fue atacada. El castillo de San Martín se abandonó y actualmente ya casi no queda nada, y el de La Palma en el siglo XIX se tira entero y se hace nuevo, por eso es muy diferente. Se construye más cerrado y compacto como una fortificación a casa matada, al contrario del de San Felipe que es más abierto con muchas zonas al aire libre. Cuando llega la aviación en el siglo XX pierden su función defensiva y se crean baterías antiaéreas en la costa y los castillos se convierten en prisiones militares. San Felipe para la tropa y La Palma para oficiales, de hecho, aquí estuvo preso el Teniente Coronel Tejero después del intento de Golpe de Estado. Actualmente, La Palma ha sido comprado por una cadena hotelera que prevé convertirlo en hotel.

El castillo de San Felipe es del Ayuntamiento y está abierto al público para su visita. Si lo prefieres puedes contratar una visita guiada por el castillo con Civitatis. Podrás hacerte una idea de cómo funcionaba el sistema de la cadena que cerraba la ría viendo las argollas dónde se enganchaba. Se trataba de una cadena flotante hecha de tramos de madera unidos con una cuerda. Si un barco intentaba entrar, se chocaba y lo frenaba. Hay que tener en cuenta que en esa época los barcos iban a vela, con lo que no podían dar marcha atrás y embestir, así que se quedaban ahí parados y se les disparaban desde los castillos con los cañones. Nunca se coló el enemigo por la ría.

Las casamatas se crean en el siglo XIX y aquí podrás hacer una de las fotos más curiosas del castillo. Son, literalmente casas para que no te maten, sus bóvedas de ladrillo compacto eran a prueba de bomba, porque cuando se empiezan a hacer tiros parabólicos, las bombas entran a través de las murallas por lo tanto se crean para proteger a los artilleros. Lo más curioso es la vista entre los arcos en línea recta. Tenía varias razones, por un lado el humo de los cañones se disipaba antes, los soldados se movían de manera más ágil al ir en línea recta y por último el oficial desde aquí da la orden sacando el sable y todos le ven.

Modernismo en Ferrol, la ciudad de Rodolfo Ucha

Rodolfo Ucha fue el arquitecto que trajo el modernismo a Ferrol como arquitecto municipal durante los primeros cuarenta años del siglo XX. Este movimiento surge en Europa como respuesta la revolución industrial buscando volver a las artes tradicionales, por lo que se prima mucho la decoración, y para distinguir a la burguesía, la nueva clase social que está naciendo. En Ferrol, tras la construcción del Arsenal, empiezan a llegar ingenieros adinerados a los que había que alojar, es en ese momento cuando se crea el barrio de la Magdalena compuesto por seis calles longitudinales y 9 transversales con dos plazas. Pero las personas que vivían aquí quieren diferenciarse, es por lo que surge la decoración de las fachadas, la utilización de las galerías, que nació aquí en Ferrol. Fue una adaptación de la construcción naval a la arquitectura pues seguía la misma idea de las vidrieras de la popa de los barcos donde estaba el camarote del capitán, y conseguía dejar entrar más luz y atemperar las temperaturas.

Dos de las principales construcciones modernistas de Ferrol son el Teatro Jofre y la Casa Romero, uno enfrente del otro y ambos obra de Rodolfo Ucha. Un detalle curioso son las máscaras griegas que en el teatro son muestra de la función del edificio, pero que en Casa Romero están en la parte de arriba y parecen establecer un diálogo con las del teatro. Probad a retar a los niños a buscarlas. Entre los elementos característicos de Ucha que podrás descubrir durante la Ruta del Ferrol Modernista por los 28 edificios que llevan su firma, algunos de los más característicos son los balcones cilíndricos para cerrar las esquinas de los edificios, las barandillas con trabajo floral y geométrico, galerías con rejería o corazones invertidos en las ventanas.

Uno de los exponentes del modernismo en la ciudad fue el Casino, un lugar de ocio para que la burguesía se reuniera en los clubs, moda que vino de Gran Bretaña. En realidad, es más neoeclecticismo que vino después de los años 10 del siglo XX. La pecera es la gran cristalera en la que solo podían entrar hombres hasta hace cuarenta años. Su nombre procede de que solo podían entrar los peces gordos.

La mayor concentración de edificios modernistas se encuentra alrededor del actual Hotel Suizo. No os perdáis la fachada de la Casa Pereira en la calle Dolores con sus balcones redondos con motivos vegetales, cristaleras en el balcón y las flores incrustadas en la fachada. Aunque no es muy común, ya que la burguesía no era muy religiosa, en Ferrol hay una capilla modernista, la capilla de la Merced. Termina tu ruta modernista merendando en Bla Bla Café ubicado en un edificio de Rodolfo Ucha que albergó el Banco Coruña.

Y recuerda, para admirar el modernismo hay que mirar hacia arriba.

Las Meninas de Canido

En 2008, un artista del barrio de Canido comenzó a transformar esta zona degradada de Ferrol en un barrio atractivo que ha rejuvenecido y ha duplicado su población de niños. La causa fue la idea de Eduardo Hermida de llenarlo de Meninas en murales gigantes por las paredes de los edificios para sacar el arte de los museos y hacerlo de una forma popular para que llegase a todo el mundo. Así que pensó en la obra más grande de la pintura española: Las Meninas. Un cuadro muy simbólico con muchos mensajes ocultos que podía servir para crear esa iconografía.

“Luego fueron apareciendo una serie de señales que me indicaban que el cuadro elegido era el mejor, como el perro que es el único elemento horizontal que sostiene el cuadro tan vertical, es un cánido, esa similitud fonética con el propio barrio con Canido, o la propia Infante, una de las Meninas, María Agustina Sarmiento era gallega de Ponteareas y vivió hasta los 11 años en el monasterio de Canedo también”, explica Eduardo Hermida.

Eduardo Hermida comenzó con este proyecto en 2008.

Hoy en día es el único lugar del mundo en el que todas las obras de su arte urbano se han dedicado a una misma temática, centrada en una pieza del barroco para hacerla moderna y popular. Se ha convertido en un símbolo del barrio, y ahora todos los negocios tienen su propia Menina y los aparca bicis, los bolardos, los alcorques siguen esta temática. Atreveros a buscarlos con los niños o apuntaros a un Free Tour de Las Meninas por el barrio de Canido. A día de hoy, hay unas 400 Meninas en el barrio y es considerado en un punto de interés turístico por la Unesco. Cada mes de septiembre se celebra el festival en el que se pintan nuevos murales cuidadosamente seleccionados y durante tres días hay actuaciones musicales y proyecciones.

Fiestas en Ferrol

Noche de las Pepitas

El 18 de marzo se vive en Ferrol una fiesta muy especial en la que se homenajea a las mujeres ferrolanas cantándoles serenatas. Las rondallas comenzaron a crearse en Ferrol a principios del siglo pasado formadas por los trabajadores de los astilleros. Puesto que San José es el patrón de los carpinteros, y por tanto de los trabajadores navales, se estableció que se celebrara la víspera ya que al día siguiente no tenían que trabajar. El objetivo de la Noche de las Pepitas era decirles a sus mujeres lo mucho que las querían y que las echaban de menos. Ferrol era una ciudad habitada mayoritariamente por hombres que venían de todas partes para trabajar en los astilleros. Esta realidad social es la que hace entender cómo surgen estas rondallas en tascas y barberías, puesto que la música es universal y no entiende de procedencias. Actualmente hay más de 10 rondallas que recorren las calles de Ferrol la noche del 18 de marzo cantando serenatas a los balcones, con una estética muy similar a la de los tunos, que ha conseguido el reconocimiento por parte de la Xunta de Galicia de Fiesta de Interés Turístico.

Cada rondalla tiene su madrina que le entrega a cada miembro una escarapela con una cinta con el nombre y el año. Así verás como llevan la capa llena de cintas de las distintas madrinas que han tenido a lo largo de la historia. En la plaza de Armas se celebra el Festival de Rondallas donde van actuando todas a lo largo de la tarde en un espectáculo abierto a todo el mundo donde priman las habaneras y valses. Lo típico de esa tarde es tomar unos bicos que son unos pastelillos con forma de corazón rellenos de crema de naranja y cobertura de chocolate negro.

Semana Santa en Ferrol

La Semana Santa de Ferrol está declarada de Interés Turístico Internacional y cuenta con más de 25 cofradías. Su singularidad reside en lo diferentes que son sus pasos, fruto de las diversas procedencias de los trabajadores que acudían a la ciudad a trabajar en los astilleros. Así que se podría decir que en la Semana Santa de Ferrol se puede ver una muestra de todas las Semanas Santas de España. 400 años de historia avalan esta Semana Santa que puedes vivir de formas muy diferentes ya sea con el bullicio de las bendiciones de los ramos, el multitudinario Santo Encuentro, el silencio de los Caladiños, la emoción de los aplausos que acompañan las retiradas de las imágenes marianas o el sonido del arrastrar de cadenas de los penitentes.

Dónde dormir en Ferrol

Gran Hotel de Ferrol

A un paso del centro, pero apartado de su bullicio y con más facilidades para aparcar, el Gran Hotel de Ferrol, de cuatro estrellas, ofrece todo lo necesario para una estancia tranquila en un ambiente clásico. Su restaurante Castilla 75 ofrece los platos típicos de la cocina gallega como pulpo, zamburiñas, rodaballo, arroz caldoso de marisco o carrilleras al Mencía, y por supuesto, para los más peques más reacios a probar las delicias gallegas cuenta con una estupenda oferta de pizzas y hamburguesas. Dispone de habitaciones familiares con una estancia de 40 m2 en la que hay cama de 200 x 200 y dos camas supletorias con vistas a la Avenida de la Paz. Esta Habitación Familiar es el lugar ideal para alojarte si viajas a Ferrol con dos niños y buscas un espacio amplio donde estar todos juntos sin necesidad de reservar una habitación extra. Esta cuenta un luminoso y amplio cuarto de baño completo en mármol. Entre los servicios dispone de aire acondicionado, bañera con hidromasaje, secador de pelo, toallero calefactor, tv, caja fuerte y minibar.

Dónde comer en Ferrol

Parador de Ferrol

Con unas espectaculares vistas al Arsenal y a la ría, el Parador de Ferrol se alza en una mansión señorial junto a la salida al mar en el barrio de la Magdalena. En su comedor de amplios ventanales podrás disfrutar de la cocina tradicional gallega marcada por la influencia marinera donde prima el marisco. Platos típicos como el caldo gallego, empanadas artesanas, pulpo a feira, zamburiñas o filloas rellenas de marisco. Entre los postres, no podía faltar el arroz con leche ferrolano. la filloa o la popular tarta de Ferrol a base de hojaldre y dulce de castañas.

Restaurante Bacelo

En pleno centro de Ferrol tienes este restaurante perfecto para compartir unas tapas con una oferta de cocina tradicional actualizada. Baceló surgió durante el confinamento para ofrecer un lugar donde compartir pensado para todos los públicos y con una cocina semiabierta. Entre sus platos estrellas sus croquetas de centolla Tom-Yum con Satay de Cacahuete, brioche con steak tartar de solomillo de vaca gallega o la costilla de ternera a baja temperatura con Boulgour, nueces y curry.