La región suiza de Friburgo se ha presentado en Madrid como un destino lleno de contrastes, donde las familias pueden vivir la esencia de Suiza en miniatura: montañas, lagos, pueblos medievales, gastronomía y tradiciones centenarias.

El encuentro, celebrado en el restaurante Allégorie, ha contado con la presencia de Jérémy Mettraux, de Union Fribourgeoise du Tourisme, que compartió todas las propuestas que este otoño convierten a Friburgo en un lugar perfecto para disfrutar en familia, lejos de las multitudes.

Tradiciones vivas en otoño

El otoño en Friburgo es sinónimo de fiestas tradicionales. Una de las más pintorescas es el Desalpe, el descenso de las vacas desde los pastos de montaña tras el verano. Las calles se llenan de música, trajes típicos y mercados de productos locales, una experiencia única para los niños.
Otra cita imprescindible es la Benichón, antigua fiesta religiosa convertida en una celebración gastronómica con productos de temporada: jamón, sopa de coles o el característico pan de azafrán, acompañado de la famosa mostaza de Benichón.

Suiza en familia

Gruyères es el paraíso de las familias más queseras.

Gastronomía de cuento

Si algo identifica a Friburgo es su tradición quesera. En Gruyères, además de visitar su castillo medieval, se puede entrar en una quesería de montaña y ver cómo se elabora el queso con fuego de leña, o acercarse al Maison du Gruyère para conocer su producción más moderna.
El viaje gastronómico continúa con el chocolate —la Maison Cailler es un imprescindible— y con los vinos de Vully en la región del lago de Murten, que invitan a una cata al atardecer junto a sus murallas medievales.

Naturaleza y actividades al aire libre

Friburgo es un paraíso natural. Los Prealpes friburgueses ofrecen rutas de senderismo alpino entre marmotas y cabras montesas. En el Charmey se puede disfrutar de caminatas en familia o probar la vía ferrata y el original Sendero de los Toboganes, con seis toboganes integrados en la montaña que hacen las delicias de grandes y pequeños.
La región cuenta con más de 300 km de senderos en bicicleta y actividades acuáticas en sus lagos del norte, los más cálidos de Suiza, donde se puede practicar esquí acuático o wakeboard.

Ciudades con encanto medieval

La ciudad de Friburgo presume del centro histórico medieval mejor conservado del país, con la catedral de San Nicolás y la experiencia “Taste My Fribourg”, una forma deliciosa de recorrer la ciudad probando sus productos típicos.
En Murten, a orillas del lago, se conservan las murallas mejor preservadas de Suiza, que se pueden recorrer en familia con vistas espectaculares.

Cultura y eventos únicos

Este año la región celebra el centenario del artista Jean Tinguely, con exposiciones y actividades en el museo que lleva su nombre. Y en invierno, la cita imprescindible es el Festival de la Luz de Murten, que transforma las calles y el lago en un espectáculo de proyecciones y música que parece sacado de un cuento.

Una Suiza en miniatura, ideal para familias

Bien comunicada —a solo hora y media de Zúrich y Ginebra en tren—, Friburgo se presenta como un destino ideal para escapadas familiares en cualquier época del año. Gastronomía, cultura, naturaleza y tradiciones se combinan en esta región que, como destacó Mettraux, “es una Suiza en miniatura, pero con todo el encanto de lo auténtico”.