Mañana se estrena en cines esta película sueca en la que una familia de vacaciones tiene que superar la reacción inesperada del padre ante una situación de peligro.
Ebba y Tomas están almorzando con sus hijos en la terraza de la estación de esquí donde están pasando sus vacaciones. En ese momento se produce una avalancha que va hacia donde ellos están. Ebba se afana en proteger a sus hijos reclamando la ayuda de Tomas, pero él ha salido huyendo para salvarse dejando allí a su familia.
A partir de ese momento, la familia deberá asumir y digerir lo que ha pasado. Debo advertiros que no soy crítica de cine, soy periodista turística, por lo que en este post expreso opiniones completamente personales, intentando no «destripar» la película, sin más pretensiones. La cinta refleja a una generación de padres nacidos en los 70 (entre las que me encuentro), con todos los estereotipos y roles de antaño que todavía subyacen, aunque pretendamos ignorarlos. El planteamiento del padre muy ocupado con un trabajo muy absorbente, que va a dedicar una semana a su familia y la mujer que conoce bien los ritmos y estados de ánimo de sus hijos nos hace darnos cuenta que la sociedad sueca no es tan diferente. Al final todos somos padres, pero el rol de madre está mucho más interiorizado.
Desde un primer momento logro ponerme en el lugar de ella, y a medida que evoluciona la historia voy entendiéndole a él. Me gustaría saber si un hombre lo ve así, aunque me choca el hecho de que el director sea un hombre. No creo que sea una película para verla con tus hijos, pero sí muy recomendable para verla los padres. Desde luego, Fuerza Mayor es de esas historias que requieren una tertulia posterior para comentar lo que se ha visto.