Las II Jornadas de Recreación Histórica: Los Tercios de España celebradas en el Castillo de Belmonte nos ha hecho regresar al s.XVII gracias a la cuidada ambientación de los recreacionistas en donde no faltaron artesanos, escribas, cetrería y los imprescindibles hidalgos y caballeros, que formaron la unidad militar de los Tercios.

 

El Castillo de Belmonte ha celebrado, con gran acogida por parte del público, las II Jornadas de Recreación Histórica: Los Tercios de España. Durante dos días, más de 150 recreacionistas, entre ellos una pequeña delegación holandesa (organizadores de la mayor recreación de Los Tercios a nivel mundial) han seducido a los asistentes, mostrándoles la vida cotidiana del s. XVII. 

 

La gran variedad de actividades han logrado que familias, jóvenes y adultos de todas las edades se vean inmersos en esta época de la historia de España; el fin de semana pudieron conocer el origen y nacimiento de la unidad militar de los Tercios de España, pasear por la plaza central del pueblo y el mercado de artesanos, aprender sobre las distintas profesiones de la época como cocineros, cetreros, alfareros, herreros, escribanos, etc., que mostraban a los asistentes el día a día de su trabajo, e incluso un grupo de damas explicó los visitantes los secretos de los ropajes y bordados utilizados en este siglo. 

Historia de Los Tercios de España

En 1624 Gaspar de Guzmán presenta  a su Majestad Felipe IV el proyecto de la “Unión de armas”  basado en la creación de una fuerza militar para la actuación rápida. La manera en la que se pretendía poner en marcha de su propuesta era, al mismo tiempo, muy sencilla desde el punto de vista teórico, pero sumamente compleja de llevar a la práctica. Se pensaba crear un espacio común entre las Coronas de Castilla, Aragón y Portugal, que abarcaría la totalidad de la Península Ibérica y se dividiría en varias provincias, cada una de las cuales sería encomendada a una orden militar: Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa, que deberían contribuir cada una con 25.000 infantes y 6.000 soldados de caballería. Además, se buscaba establecer 15 escuadras de galeras, a 10 galeras por escuadra, a las que se asignaría un puerto como cuartel general y zona de operaciones; Este proyecto se ve poco a poco retrasado por falta de efectivos y recursos.

Ante las intenciones del Rey de Francia de  invadir los Países Bajos, el Conde Duque de Olivares crea en 1634, con el beneplácito de Felipe IV, el Regimiento de “Guardias de Infantería del Rey Felipe IV”. El 21 de Junio de 1635 se proclama una orden para que todos los hidalgos estén listos para acompañar al rey en campaña, finalmente no se produjo la salida del rey.

Viendo que muchos hidalgos y caballeros de hábito que acuden al llamamiento eran niños y jóvenes inexpertos, se decide que se les de instrucción respecto a su oficio y que se conforme el regimiento de las Ordenes militares con los caballeros de hábito y la caballería de la nobleza. El Castillo de Belmonte como en otros lugares de España comienza la leva del tercio de las ordenes militares y su instrucción.

El 1 de julio de 1638 Hondarribia es atacada por el ejército francés que cruza el Bidasoa con 18.000 soldados de infantería y 2.000 de caballería al mando del príncipe de Condé. Esta será la primera salida en activo de ambos regimientos para la liberación del asedio y defensa de la ciudad, la cual será una gran victoria sobre los franceses.