La Ría de Muros Noia emerge como una propuesta para las familias que buscan desconectar del ruido y del turismo masificado. Así lo presentó Sebastián Valverde, gerente del destino, en un encuentro con medios en Madrid.
Lejos de las grandes infraestructuras y de los reclamos turísticos artificiales, esta ría gallega busca consolidarse como un ejemplo de autenticidad, tradición viva y experiencias únicas para todos los públicos.
Un paraíso gallego sin estrés: “Aquí el tiempo se detiene”
“En la Ría de Muros Noia no se corre, no se improvisa, no se construye por construir. Aquí se protege lo que importa: el paisaje, la historia y la autenticidad”, explicó Valverde. El destino, conformado por cinco municipios, ha logrado mantener su esencia al margen de la masificación, lo que lo convierte en un lugar perfecto para disfrutar en familia.
Playas inmensas donde cada familia puede extender su toalla sin agobios, pueblos donde el comercio local mantiene viva la tradición y alojamientos integrados en la naturaleza, como las famosas “casas en los árboles”, son solo algunos de los atractivos que ofrece este rincón de Galicia.
Turismo familiar desde la sostenibilidad (y sin decir “sostenibilidad”)
Una de las claves del éxito del destino, según Valverde, ha sido renunciar a conceptos vacíos para apostar por hechos concretos. “Desde 2021 evitamos utilizar la palabra sostenibilidad. Preferimos demostrarla con acciones reales”. Entre ellas, destaca la gestión estricta del marisqueo, la protección del berberecho autóctono —emblema de la ría— y la colaboración de las cofradías para garantizar una explotación responsable.
Una anécdota que lo ejemplifica: “En la Ría de Muros Noia no tenemos banderas azules, y estamos orgullosos de ello. Porque aquí no hay urbanizaciones a pie de playa ni duchas en cada rincón, pero sí hay espacios naturales donde cada familia puede encontrar su propio paraíso”.
Camino de Santiago por mar: una aventura en familia diferente
Uno de los grandes proyectos que impulsa la Ría de Muros Noia es el Camino Marítimo de Santiago, una ruta que combina historia, navegación y espiritualidad. Inspirada en el viaje del noble veneciano Pietro Quierini, esta experiencia propone navegar durante cinco días en barcos tradicionales desde Bayona hasta Muros, para luego completar a pie los últimos kilómetros hasta Santiago.
Una travesía segura, didáctica y emocionante para hacer con adolescentes, que permite explorar el litoral gallego desde otra perspectiva. “Queremos que este camino sea algo más que turismo: una forma de vivir el territorio desde el respeto y el conocimiento”, apuntó Valverde.
Autenticidad como valor diferencial para viajar con niños
Sebastián Valverde subrayó que el éxito del destino reside en su gente. “No es que presuman de su tierra, es que quieren que siga igual cuando ellos ya no estén. Y eso se nota.” Esa implicación ha permitido desarrollar una oferta turística alineada con los valores de muchas familias viajeras: contacto con la naturaleza, historia viva, producto local y tranquilidad.