El verano, Baleares también incluye una ‘ruta helada’ por los principales santuarios del helado artesano, elaborados con fruta fresca de temporada, especias, frutos secos y los mejores productos autóctonos de las islas.

A los clásicos y más tradicionales se suma la apuesta de muchos establecimientos por innovar y traspasar los límites del sabor con sorprendentes creaciones para todos los gustos.

Aunque cada local mantiene su secreto propio de elaboración y sus sabores estrella, hay un denominador común entre todas las heladerías de Baleares: la elaboración tradicional heredada generación tras generación. Mallorca, Menorca Ibiza y Formentera pueden presumir de haber conquistado a los fundadores de las heladerías más famosas de las islas, que en muchos casos llegaron de otras zonas de la península para quedarse. Hoy, los sabores de toda la vida conviven con elaboraciones a base de los productos propios del archipiélago balear, como el trampó, las naranjas de Sóller, las almendras, los higos o el Queso de Mahón.

 

Mallorca

Otro de los puntos imperdibles es Sa Fábrica de Gelats. Fundada el año 1994, es una pequeña empresa dedicada a la fabricación de helado artesanal y de calidad para aquellos que saben apreciar el buen sabor de un helado natural, cremoso, fresco y elaborado con las mejores materias primas de la isla. El secreto de este helado está en el compromiso que tienen con la elaboración tradicional de sus antepasados, que utilizaban nata y leche para conseguir una cremosidad excelente. Esta pequeña y tradicional fábrica de helados (que también puede visitarse), cuenta con diferentes puntos de venta en Sóller y el Port de Sóller y también se pueden encontrar en el centro de Palma (Plaça de Cort). Cremosos helados que ofrecen 40 sabores diferentes, entre los que se encuentra el especial helado de naranja, la fruta por excelencia que corona los paisajes de Sóller y de cuyo jugo se extrae un helado que transporta al mismísimo Valle de los Naranjos. Helados cien por cien naturales que garantizan una experiencia inolvidable.

 

 

Pero hablar de helados y especialidades dulces en Mallorca también supone pasar por Ca’n Joan de s’Aigo, uno de los hornos artesanos más conocidos dentro de las guías turísticas fundado, tal y como rezan los azulejos de sus paredes, en el año 1700. Aunque son las ensaimadas las que lo han hecho tan conocido, sus helados artesanos comparten con este dulce la calidad y el cuidado en la elaboración. De vainilla, avellana, chocolate, fresones o cava, este rincón artesano respira Mallorca durante todo el proceso de elaboración de sus excelentes productos. Su archiconocido helado de almendra fue el primero en elaborarse en el establecimiento. Su calidad llegó a ofrecer tanta fiabilidad que durante muchos años los médicos lo recetaban como alimento ideal en la alimentación de los enfermos, ya que el hielo era bueno como analgésico para las inflamaciones y la almendra aportaba mucha energía, además de ser muy digestiva. A día de hoy se sigue elaborando con la receta de hace 300 años.

 

 

Gelats Paco es otra de las heladerías míticas de Palma que lleva deleitando a los paladares de locales y visitantes desde 1950, año en que fue fundada por Francisco Aznar i Consuelo Domenech, un matrimonio alicantino que llegó a capital balear desde Alicante. Este comercio emblemático  dispone de una carta con más de 50 sabores, algunos tan originales como el de natillas con ensaimada o el de queso fresco con naranja, y pueden acompañarse con dulces típicos mallorquines como los deliciosos quartos, las magdalenas y la coca de la padrina (de naranja). Otros gustos han llegado a su oferta a través de de sus viajes, como el de, incorporado después de su visita a Francia;el de tarta inglesa después de viajar a Italia o el de sacher, por su ruta por Austria.

Rivareno es la  heladería de esencia italiana que se hace llamar ‘El laboratorio del gelato italiano’ y tiene como principal objetivo conseguir experiencias sensoriales en sus clientes. Para ello elaboran sus helados con un porcentaje superior al 55% en frutas, con una cremosidad e intensidad que los colocan en el pódium de los imperdibles en la capital balear. Una explosión de sabor que llega en variedades como la auténtica panna cota, coco con virutas de dulce y fresco coco de Sri Lanka, azafrán con sésamo o la especialidad de la casa, el Cremino Rivareno, que une chocolate blanco, avellana y nata intercalando capas de crema de gianduia.

 

 

Palma cuenta con varios locales de la cadena de heladerías Iceberg que elabora helados naturales con leche y cremas frescas de vacas felices y frutas maduradas al sol. Su máxima en la preparación de los productos es la excelencia. Su producto más destacado es el ‘Sorbete de naranjas de Sóller, hierbabuena y cardamomo’. Una variedad obra del maestro heladero Carlos Enríquez.

 

Menorca

En el puerto de Ciutadella y en su local de la plaza de la catedral se ubica Sa Gelateria, la única que elabora el helado figat (a base de mermelada de higos menorquines) y el de la variedad de mora abatzer de la isla. Eduard Eroles y Maria Jesús Martín abrieron este local en 1.982, seleccionando los ingredientes naturales de Menorca como la miel, el queso, la leche fresca de vaca o los productos mencionados anteriormente.La guinda de la carta es sin duda el gin con limonada, producto estrella de Menorca. Desde Jijona llegaron a Mahón en 1894 los fundadores de El Turronero, para echar en Menorca las raíces de una familia dedicada a la elaboración de helados, horchatas y granizados en verano, y turrones en Navidad. Poco a poco se fueron expandiendo por toda la isla y pronto ampliaron su carta de productos a ensaimadas y licores. Hoy, los nietos y bisnietos de la familia siguen regentando este local situado en la calle del Ángel en Menorca, donde se elaboran todos los productos salvo el turrón, que sigue elaborándose en Jijona por la otra rama de la familia. Merece especial atención la Pastelería-Heladería Can Sintes, ya que uno no puede marchar de Menorca sin haber probado el 57, el típico y original helado menorquín de venta exclusiva en la isla. Cuatro sabores recubiertos de chocolate con corazón de licor que tienen su origen aquel año, 1957, de la mano de Fernando Sintes, el fundador de La Menorquina. Este producto era una mezcla entre pastelería y helado, y fue tan innovador porque tenía 4 sabores: biscuit, bizcocho, canela y café. Todo un clásico y característico menorquín.

 

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Ibiza

Una apuesta segura es Los Valencianos, el establecimiento del sector más longevo de Ibiza y que este año cumple 85 años de trayectoria en la elaboración de los sabores y texturas más sabrosas. En la actualidad continúa ofreciendo sus productos artesanales, siempre con reminiscencias a Jijona, su ciudad natal. Una mítica heladería situada en un enclave privilegiado, el puerto de Eivissa, cuya misión es refrescar los paseos y las tardes de residentes y turistas. El dulce de leche de Argentina, el pistacho, los chocolates o la banana Split son los sabores más elogiados por los fieles a Viccio, la heladería italiana que desde hace seis años se ubica en la ibicenca calle San Carles de Peralta. Productos naturales, Ibiza kilómetro 0 componen la materia prima de esta heladería que recientemente fue seleccionada por el blog El Comidista como una de las mejores 12 de España. Naranja, limón o sandía, productos cultivados en Ibiza conviven con el chocolate francés, los frutos secos italianos y la oferta vegana y sin azúcares que completa la oferta de Viccio. Entre sus últimos visitantes, el mismo Bon Jovi, que aprovechó una visita a la isla blanca para degustar las delicias de uno de sus imprescindibles locales gastronómicos.

 

Formentera

En el pueblo de Sant Francesc, la familia Ferrari se ha dedicado durante cinco generaciones a la leche. Domenico, el abuelo, fabricante de leche y quesero abrió este local con el objetivo de que la pureza del producto se mantuviera durante todo el proceso de elaboración. Hoy, La Mukkeriaes todo un ejemplo de recetas transmitidas de generación en generación, de un lugar donde el ambiente rural impregna cada detalle de este local. En el puerto de La Savina se encuentra la Geckolateria, un lugar donde el helado con sabor a mar o a hierbas ibicencas traspasan la frontera de los sabores tradicionales. Más de cien sabores que se completan con bollería y pastelería artesana, en horario que va desde la mañana hasta bien entrada la noche.