Pamplona cuenta con unas zonas verdes de más de 300 hectáreas repartidas en fantásticos parques llenos de historia para disfrutar de un recorrido al aire libre con los niños.

 

Hasta 1915, Pamplona vivió encorsetada por su muralla ya que estaba prohibido construir extramuros, por eso te sorprenderá lo altas que son las casas del casco antiguo. Si la ciudad no podía crecer a lo ancho, tenía que crecer a lo alto. Así encontrarás casas de hasta 7 pisos de finales del siglo XIX. En numerosas ocasiones el ayuntamiento solicitó al ejército destruir tramos de la muralla para poder abrir y expandir la ciudad

 

Una ciudad presa de sus murallas

 

 

En 1889 el ejército dio permiso para tirar parte de la ciudadela, que hasta entonces estaba formada por cinco puntas, pero sin tirar murallas. Solo se tiraron dos puntas (baluartes) de la ciudadela y se rellenaron los fosos. Con esto se ganó un espacio que se reparte entre el ayuntamiento y el ejército. Es en ese momento cuando se construyen algunos de los edificios más bonitos de Pamplona de estilo modernista como la Escuela de música. En realidad, esta ampliación solo supuso 7 manzanas de casas para gente pudiente. En 1915 se da permiso para tirar la parte sur de las murallas y la ciudad se extiende por el ensanche.

 

Ciudadela y Vuelta del Castillo

 

 

Fernando el Católico manda al Duque de Alba a conquistar Pamplona. La ciudad no se podía defender porque las murallas eran medievales y el Duque de Alba llegó con cañones. Los reyes navarros huyeron a Francia por lo que Fernando el Católico decidió que tenía que reforzar las defensas y se construye el castillo de Fernando el Católico. En época de su nieto, Carlos I se construye toda la muralla de la ciudad. La ciudadela es posterior, de la época de Felipe II y por tanto ya está preparada para la artillería. Para su construcción se desmontó el castillo de Fernando El Católico para utilizar sus piedras. El edificio circular que encuentras en el parque de la Ciudadela era el horno donde se hacía el pan para la tropa y el de al lado era un almacén.  Desde 1964 La Ciudadela pasa de manos del ejército al ayuntamiento.
La capilla castrense, (situada en el arco que se ve en la muralla) se desacralizo y se empezaron a hacer las bodas civiles de Pamplona.
El parque del Baluarte es uno de los pulmones de la capital navarra con 260.000 m2 de zona verde en el centro de la ciudad. Un gran espacio al aire libre en el que disfrutar del césped o pasear en bici. Pero ojo, aquí no se puede jugar a la pelota para no molestar. Si tus hijos quieren jugar con un balón, pueden hacerlo al otro lado del baluarte, tras atravesar el foso por los tres puentes levadizos. Al salir verán en el suelo una rosa de los vientos marcando el norte.

El baluarte de Pamplona es uno de las mayores construcciones defensivas de España. La forma de estrella consigue que no haya puntos muertos ante un posible ataque y los bordes de piedra hacen de trinchera para defender. Cuando llegaron los franceses en 1808 con la excusa de que pasaban por España para conquistar Portugal, les dejaron acampar en el exterior de la ciudadela. Cuentan que hubo una gran nevada y empezaron a jugar con la nieve lanzando bolazos. Con la tontería cuando se dieron cuenta ya estaban dentro de la ciudadela. Hizo falta la Guerra de la Independencia para recuperar Pamplona.

Paseando por el parque de La Ciudadela puedes retar a los niños a encontrar las señales del Camino de Santiago que la atraviesa.

Parque de la Taconera, el minizoo de Pamplona

 

 

Este es el parque más cuidado de Pamplona y el más antiguo. Se trata de un jardín de estilo francés con parterres que data del siglo XVII. Hace unos cuarenta años un hongo atacó a los olmos centenarios y entonces decidieron plantar diferentes especies para que no les volviera a pasar otra vez el tener que podar todo si atacaba una plaga.

En el parque hay espacios para disfrutar con los niños como las pistas de patinaje o skate, un estanque con cisnes y patos. Pero sin duda, la parte que más atrae a los peques es el foso donde pueden ver ciervos, pavos reales, faisanes, ocas y gallinas. Se le denomina el minizoo de la Taconera.

Parque fluvial

 

La Otra gran zona verde es el parque fluvial. Son 33 kilómetros que se pueden recorrer en bici y paseando. Tiene varios ramales por el río y sus afluentes que pasan por Pamplona y varios municipios. El puente más antiguo que puedes encontrar en ese tramo es el de San Pedro que es Románico. Hay un par de molinos que todavía se conservan, especialmente el de San Andrés
Desde la Puerta Nueva se ve una franja roja al otro lado del río. Es el llamado corralillo del gas donde se tienen a los toros para los encierros de San Fermín. Todo el dinero que se saca de los festejos taurinos de San Fermín y de la Feria del Toro se destinan a la casa de misericordia de los ancianos de Pamplona. Son los dueños de la plaza de toros. Los derechos de emisión de dentro de la plaza son de la Casa de la misericordia y los derechos del encierro del ayuntamiento.

En Pamplona se conservan 5km de murallas originales por el desnivel que causa el río. Aunque se hubieran tirado no se hubiera podido ampliar la ciudad.

 

Parque Yamaguchi

A muchos sorprenderá el hecho de que Pamplona esté hermanada con la ciudad japonesa de Yamaguchi, próxima a Hiroshima. La causa es que fue evangelizada por San Francisco Javier, patrón de Navarra. Fruto de ese hermanamiento se diseñó uno de los parques más modernos de Pamplona en 1997. En un extremo del parque se alza el Planetario, uno de los más grandes del mundo por su bóveda. El jardín recorre las cuatro estaciones y la espiritualidad nipona alrededor de un estanque. El elemento del agua simboliza en la cultura nipona la idea de que todo fluye y cambia.

 

Guía Práctica de Pamplona

De pinchos por Pamplona

La cocina vasca San Nicolás (c/ San Nicolás, 13): Ajo arriero y Carrillera.
Café Iruña (plaza del Castillo, 44): croquetas de txangurroy cazuelita de ciervo.
Bodegón Sarriá (calle Estafeta 50-52): tosta de jamón.
Terraza del Baluarte (plaza del Baluarte): Mojito de pacharán navarro.

 

Donde dormir en Pamplona

hotel familias Pamplona

Hotel El Toro: Establecimiento histórico a las afueras de Pamplona con amplios espacios verdes, miniclub infantil, parque infantil exterior, parking gratuito, pet friendly, prestamos de iPads, wifi en todo el hotel, spa abierto al exterior. Su cuidada decoración es de estilo rústico provenzal y cuenta con confortables suites para alojar familias.