La vecina Francia es, probablemente, uno de los mejores países del mundo para unas vacaciones familiares. Francia con niños tiene tantas posibilidades, que un viaje en familia con ellos les dejará recuerdos imborrables.

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Diferentes lugares, paisajes y experiencias adaptadas a las familias con niños, se ofrecen en todas las regiones de Francia. Un abanico extenso y variado de posibilidades para dejar en los más pequeños los mejores recuerdos, que sin duda compartirán con sus amigos y querrán repetir en su futuro como adultos. Recorremos algunos de esos lugares, de esas experiencias, una pequeña muestra de lo mucho y variado que ofrece Francia con niños.

 

Del sur al norte

 

Un gran atractivo de la región de Occitania-Sur de Francia es su cercanía con España, que facilita el acceso en coche y así poder realizar estupendos recorridos con los que disfrutar en familia. Además lo tiene todo, al combinar playa con montaña y campiña con ciudades cosmopolitas.

Las opciones son varias, pues los más de 200 kilómetros de costa virgen, desde la Camarga hasta la Costa Vermeille y la frontera española, son ideales para disfrutar del mar y la playa, de los deportes acuáticos y del magnífico ambiente de muchos de los pueblos costeros.

En contraste, están las montañas occitanas con tres destinos a elegir: las Cevenas y el Aubrac, éstos en el Macizo Central, y los Pirineos. Allí los niños alucinan con algunos animales como los ciervos, rebecos, nutrias o marmotas que, con algo de suerte y silencio, se pueden ver en salidas con los guardias del Parque Nacional para conocer la fauna salvaje.

Para las familias más urbanitas Montpellier y Toulouse son algunas de más significativas ciudades de la Occitania y, sobre todo esta última, interesante para visitar en familia por el atractivo de la Ciudad del Espacio, donde los niños pueden ser astronautas por un día, o Aeroscopia, para descubrir cómo son los aviones por dentro.

Carrusel de caballitos

El delicioso destino veraniego habitual

 

Nueva Aquitania, en el oeste francés, es un destino veraniego por excelencia. Tanto por su clima suave y soleado, como por su emplazamiento privilegiado, con paisajes tan preciosos como el Valle de Dordoña, una de las mayores reservas de la biosfera del mundo. Pueblos pintorescos, bonitos castillos, cuevas prehistóricas y numerosas actividades al aire libre (entre ellas deportivas como el senderismo, ciclismo, golf, escalada, pesca, espeleología o piragüismo) lo convierten en otro de los destinos franceses ideales para el turismo familiar.

Y esconde algunos secretos, como el fuerte troglodita de La Roque-Gageac, del siglo XII. Un lugar extraordinario y sorprendente situado a 40 metros por encima de los tejados del pueblo, y que ofrece una vista impresionante del valle del Dordoña.

Otro atractivo para recorrer en familia los más bonitos lugares de la región más extensa de Francia, es fácil utilizando la app de geocaching Terra Aventura. Un juego de búsqueda del tesoro que propone más de 400 recorridos insólitos y divertidos,  para descubrir el patrimonio de Nueva Aquitania (Nouvelle-Aquitania). Está disponible en cinco idiomas, entre ellos el español.

 

Grandes  montañas y antiguos volcanes

 

Auvernia-Ródano-Alpes es una extensa región que incluye la cordillera de los Alpes y el Macizo Central, los viñedos del Valle del Ródano, los campos de lavanda del sur y los extinguidos volcanes de Auvernia. Un gran escenario para disfrutar en familia. Los senderistas y amantes de otras actividades de montaña, como mountain-bike o el parapente, tienen en los Alpes el más espectacular de los paisajes para disfrutar, especialmente el del Mont Blanc. E incluso los más atrevidos, bañarse en alguno de los lagos de la región, de aguas límpidas y turquesas.

Otro de los muchos atractivos de la región es Vulcania, un parque temático dedicado a la exploración de los volcanes. Señalar como curiosidad, que la capital de la antigua región de Auvernia fue la patria de Vercingétorix, el líder galo que se rindió a Julio César en la famosa guerra de las Galias y al que se menciona en muchas de las aventuras de Asterix. Hoy en día, muchos niños siguen con interés las historias de los galos frente a los romanos, de la misma forma que hicieron hace años sus padres.

En el norte, en la bella Normandía, que tantas cosas ofrece, el Marais-Vernier es otra magnífica reserva natural, un tesoro que ofrece a los visitantes paz, tranquilidad y desconexión. Alojarse en un “gîte” situado en una antigua casa del siglo XVIII primorosamente restaurada y completar la estancia con paseos en burro, será una experiencia que los más pequeños de la familia no olvidarán.

Otra experiencia normanda inolvidable será, cómo no, visitar el Mont Saint-Michel, pero hacerlo de una forma especial: cruzando la bahía hasta el monte descalzos, disfrutando de la arena húmeda, el suelo blando, las hileras de agua… Lo más divertido y más recordado está muchas veces en las pequeñas cosas.

El Mont Saint Michel, en Francia, al atardecer

Trenes, acuarios, trineos y un Priorato

 

Así de variada es la oferta de la región de Alta Francia. Una de las muchas cosas por hacer con los niños es viajar en un auténtico tren de vapor recorriendo la bahía del Somme, donde también se encuentra la mayor colonia de focas salvajes de Francia: excursiones en la naturaleza organizadas por  guías naturalistas para conocer las focas. A pie, en kayak e incluso en canoa.

En Boulogne-sur-Mer, se encuentra el que es considerado mayor acuario de Europa cuya atracción principal es un cristal de 100 metros cuadrados tras el cual se pueden admirar cerca de 20.000 especies de peces… Toda una “animalada marina” para disfrutar en Nausicaá.

En contraste, otra opción en los Altos de Francia es disfrutar del Parque de Olhain que, entre sus muchas actividades, ofrece una pista de trineo durante todo el año, en la que lanzarse sobre sus mil metros, 650 de ellos con un vertiginoso descenso por su gran desnivel.  Para descansar de tan intensa experiencia, la propuesta es pasar la noche en un “nido”, una confortable cabaña situada a 6 metros de altura. Sin duda un sueño para los más pequeños.

Y para los ya no tan pequeños, una propuesta original y desafiante, es un retiro en un Priorato en el campo: concretamente el de Saint-Rémy, donde alojarse en familia, desconectarse digitalmente del mundo y conectarse a la naturaleza en este enclave lleno de paz y punto de partida para numerosas excursiones por el campo. Un reto que, aunque difícil, ayudará sin duda a estrechar lazos familiares.

 

De príncipes, reyes y reinas y castillos

 

En el Gran Este aguarda un parque temático especial,  que reabrirá sus puertas el próximo 3 de julio, celebrando el 75 aniversario de la obra que lo inspira. Y es que para los fans del libro de Antoine de Saint-Exupéry, este parque dedicado al universo mágico del Principito es una auténtica delicia. Situado en Ungersheim , en Alsacia, Le Parc du Petit Prince es un proyecto poético, lúdico y educativo, para pequeños y adultos.

Y para sentirse como reyes y reinas con sus maravillosos castillos, el Valle del Loira tiene una gran oferta de vacaciones en familia. No sólo por los famosos castillos, sino también para disfrutar del campo en una granja o recorridos en bicicleta e, incluso,  excursiones en segway. En todo caso, se vaya donde se vaya, en el Valle del Loira las familias se sentirán bien y los niños tienen la diversión garantizada.

Pero inevitablemente, por su variedad y belleza, los castillos tienen un protagonismo especial. Como por ejemplo el Castillo de Cheverny, que sirvió de inspiración a Hervé y hace las delicias de los fans de Tintín; o el Castillo de Clos-Lucé, donde esperan los inventos de Leonardo da Vinci. El Castillo de Meung-sur-Loire y la Fortaleza de Montbazon ofrecen numerosas animaciones históricas y talleres en los que los niños pueden aprender oficios y juegos medievales.

Turismo familiar en Francia

Paseos por el pulmón verde

 

Otra opción, además de las enumeradas y entre las muchísimas que existen, es perderse entre pintorescos huertos, parques míticos o encantadoras rosaledas en París y su región. Está llena de oportunidades para realizar escapadas verdes y desconectarse del bullicio de la ciudad. Ofrecer aire fresco a los niños e introducirlos en los misterios de la botánica.

Como ocurre con otros castillos, los jardines de Versalles son una auténtica maravilla a la altura del magnífico Palacio. Incluido el magnífico huerto de Luis XVI que aún se conserva. El jardín del Museo Rodin,  permite el privilegio de admirar las estatuas del artista como El Pensador y Afrodita, en medio de un entorno verde enclavado en el corazón de París.

Y la Rosaleda de la ciudad fortificada de Provins, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, o el Jardín de las Plantas, que rodea el Museo Nacional de historia Natural y su colección única de esqueletos de dinosauros y mamuts, pueden hacer las delicias de grandes y de pequeños.

Toda Francia está llena de lugares donde disfrutar experiencias con los niños, y vivir unas vacaciones que se convertirán en un magnífico recuerdo familiar.