Dormir en el corazón de Colliure es una experiencia especial, y hacerlo en el Hotel La Casa Pairal la convierte en inolvidable. Este alojamiento ocupa una antigua casa solariega familiar del siglo XIX que durante generaciones ha sido símbolo de herencia, refugio y continuidad.

 

En la tradición rural catalana, una casa pairal no es simplemente una vivienda: es el núcleo de la memoria familiar, el lugar donde se celebraban las fiestas, nacían los hijos y se cuidaban los mayores. Una casa donde cada piedra tiene historia, y cada rincón guarda el eco de los que vivieron y compartieron allí. Ese espíritu cálido y protector se respira todavía hoy en este hotel, donde todo está pensado para hacer sentir al viajero como en casa, especialmente cuando se viaja en familia.

Este hotel boutique de 4 estrellas, situado en pleno centro del pueblo, pero protegido del bullicio por un jardín cerrado, ofrece un equilibrio perfecto entre carácter tradicional y confort contemporáneo. Conserva todo su carácter original: patio empedrado, persianas de madera, suelos hidráulicos, mobiliario restaurado y muros que guardan el alma del lugar. Su ubicación permite moverse a pie por Colliure —al puerto, la playa, el barrio de los artistas— con total comodidad, lo que lo convierte en una base excelente para explorar la Costa Bermeja en clave familiar, porque además tiene parking.

 

Jardín y piscina: un refugio íntimo en familia

Uno de los mayores atractivos de La Casa Pairal es su patio interior arbolado y su piscina exterior climatizada, que funcionan como un oasis privado en medio del casco histórico. Basta atravesar su portón de madera para que el ambiente cambie por completo: aquí solo se oyen los pájaros, el rumor del agua de una pequeña fuente, y el crujido de la grava bajo los pasos.

El jardín, con árboles frutales, flores, sombra natural y bancos de forja, invita a descansar sin prisas. La piscina, rodeada de tumbonas y vegetación, es ideal para que los niños se refresquen y los padres desconecten sin tener que desplazarse a la playa. Esta atmósfera convierte al hotel en un hogar temporal lleno de calma, donde se puede alternar el bullicio turístico con momentos de sosiego.

 

La recepción del hotel ya te invita a sentirte como en casa.

Habitaciones con personalidad y funcionalidad para familias

Cada habitación del hotel es distinta, decorada con encanto y sobriedad: tejidos naturales, muebles provenzales, vigas de madera, suelos originales… Las habitaciones familiares ofrecen espacio y comodidad, con camas supletorias, cunas bajo demanda y opciones comunicadas para quienes viajan con niños o adolescentes.

Todas disponen de climatización, baño completo con productos eco, WiFi, minibar y una decoración que respeta la esencia de la casa sin renunciar al confort. La tranquilidad nocturna está garantizada gracias al aislamiento del jardín y a la distribución del edificio.

 

Desayunos bajo los árboles y atención personalizada

El desayuno buffet se sirve en un espacio interior acristalado o, si el tiempo lo permite, en el propio jardín. La propuesta incluye bollería francesa, frutas frescas, quesos, embutidos, pan artesanal, yogures y opciones calientes. También se adaptan a necesidades especiales y se ofrecen productos sin gluten o aptos para niños.

El trato del personal es cercano, amable y siempre dispuesto a ayudar: desde recomendaciones de restaurantes familiares o actividades, hasta reservas o asistencia en caso de imprevistos. Todo el equipo cuida los detalles y transmite el mismo espíritu hospitalario de las antiguas casas pairales, donde la acogida era un valor central.

 

La filosofía de Rutaenfamilia: alojarse en un lugar con alma

En Rutaenfamilia buscamos alojamientos que no sean solo un lugar donde dormir, sino espacios donde vivir una experiencia con sentido. Lugares que cuenten historias, que transmitan valores y donde cada miembro de la familia encuentre su lugar.

La Casa Pairal de Colliure encarna esa filosofía: un hotel con carácter, con raíces, con silencio y con memoria. Un lugar donde las vacaciones se convierten en recuerdos compartidos, en una casa que, sin ser tuya, te hace sentir en familia.

 

Colliure, la luz del Mediterráneo que atrajo a los artistas