El restaurante La Brasería de Cuéllar es, además de una opción gastronómica de calidad, una experiencia para sus clientes, que pueden disfrutar de una visita a la finca TerraBuey para conocer cómo es la cría de bueyes, englobada en el concepto “bueyturismo”.
Una actividad turística, cultural y gastronómica única con gran aceptación en general y especialmente por las familias
En la segoviana localidad de la que lleva el nombre, La Brasería de Cuéllar es probablemente uno de los pocos restaurantes de España donde realmente se puede comer auténtica carne de buey y, sin duda el único donde se puede disfrutar del “bueyturismo”.
Como indican en su web, “queríamos ser más que una finca y nos convertimos en un restaurante. Ahora somos un restaurante y pretendemos ser una experiencia única. Visitamos muchos restaurantes, pero recordamos muy pocos…”
Y no puede ser más cierto en el caso de La Brasería de Cuéllar. Surgida en 2012 con el enfoque de servir alimentos preparados “en torno a las brasas”, desde hace unos años se ofrece, junto a la reserva, la posibilidad de visitar su magnífica finca Terrabuey, situada a tan sólo cinco minutos en coche del restaurante y que permite vivir una experiencia “bueyturística”. Un concepto basado en el enoturismo, pero poniendo el foco a nivel turístico, cultural y gastronómico en el mundo de un excepcional animal como el buey.
Carne de buey a la brasa y otras delicias
Pero por partes. La Brasería de Cuéllar es un restaurante con una agradable decoración, contemporánea y acogedora, con amplios espacios de luz y calidad, dividido en varias zonas, siendo la principal donde se brasean los productos que van directos a la mesa. Entre ellos, el chuletón o el solomillo de buey, o la carne Terrabuey a la piedra, que son algunos de los platos más característicos de La Brasería de Cuéllar.
Aunque especialmente el carpaccio de buey relleno de foie y el steak tartar de la casa, se han convertido en los platos estrella de hasta treinta basados en el buey, que se ofrecen en el restaurante. Suave y deliciosa cecina, chorizo y salchichón (siempre Terrabuey); croqueta de buey con mahonesa de perejil, salsa alibrava y cebolla morada encurtida; dumpling frito relleno de rabo de buey… son algunos de ellos.
Pero obviamente la carta se extiende a otros productos, diversos e igualmente de calidad para adaptarse a todos los gustos: sardina fina al limón, gambas a la plancha, calamares a la andaluza con espuma de ali-oli de ajo negro, rodaballo a la brasa, nuggets de pollo con croquetas y patatas fritas… Entre otros destinados a atender el gusto de los más pequeños de la familia.
Destaca también la amplia selección de vinos de La Brasería de Cuéllar, con más de setenta referencias de denominaciones de origen como Ribera del Duero, Rioja, Rueda, Rías Baixas, Toro, Cigales, etc.
Descubrir y disfrutar del mundo de Terrabuey
El complemento a la alabada cocina y servicio de La Brasería de Cuéllar es la visita de aproximadamente una hora de duración a la finca de Terrabuey, que se ofrece a los clientes del restaurante, pero cuyo recorrido también es posible mediante reserva y al celebrar allí otras actividades o eventos.
Se pretende ofrecer una experiencia de “Bueyturismo”, una actividad desarrollada desde hace unos años por Terrabuey y que engloba turismo, gastronomía, cultura y naturaleza para disfrute de grandes y pequeños.
En la finca, de unas ocho hectáreas de superficie y que se puede definir como un parque temático del buey, es posible estar en contacto con los animales, disfrutando con la familia o amigos de un día diferente.
Allí se pueden conocer y comprobar las pulcras y limpias instalaciones, donde viven los más de un centenar de bueyes que suelen componer la ganadería. Sus amplios establos, los cebaderos donde se nutren con habas, maíz y cebada y que complementan su dieta de hierba en los prados circundantes, donde pastan libremente durante horas al día.
Pero además en Terrabuey hay junto a los terrenos de los bueyes otros establos, picadero cubierto, huertos ecológicos, espacios para eventos… La visita también incluye las cuadras de caballos -el segundo protagonista de la finca, con preciosos ejemplares-, un recorrido hasta los gallineros donde recoger huevos, pasar un rato en el huerto, disfrutar junto a los más pequeños de las ovejas y, llegado el caso, de los perros que corretean como pastores reuniendo el rebaño.
La experiencia de “bueyturismo” se puede completar con la estancia en algunos alojamientos que se van sumando al proyecto.
Por otra parte, Terrabuey tiene a gala ser la primera ganadería de bueyes con Certificado de Bienestar Animal en España, además de recibir recientemente un premio como la mejor explotación ganadera de Castilla y León.
Hasta catorce razas de bueyes
Los bueyes son unas reses míticas, nobles y asustadizas, cada vez más difíciles de encontrar e, independientemente de la exquisitez de su carne, animales poderosos y bellos por sus hechuras y fortaleza.
Antiguamente era un animal indispensable para la agricultura de nuestros abuelos y bisabuelos, pero en la actualidad están prácticamente en peligro de extinción al no ser ya necesarios para la vida agrícola y por la costosa crianza que requieren en el caso de destinarlos al consumo.
En Terrabuey se puede aprender sobre las distintas razas que allí se encuentran, como la Rubia Gallega, la cada vez más famosa Angus (que además se distingue por ser más negra y de menor tamaño), Wagyu, Berrenda en colorado, Frisona, Cacheno, Minhoto portugués, Barrosa, etc. hasta un total de catorce, aunque algunas de ellas son resultado de mezclas. Sin embargo hay algunos puros.
Así, la raza “Rubia gallega” es originaria de Galicia, típica de la zona de montaña media y valles fértiles del interior, aunque se caracteriza por ser muy rústica y fácilmente adaptable a cualquier territorio. La terneza y la jugosidad, así como el aroma y el sabor, gozan de reconocido prestigio en todo el territorio español e, incluso, fuera de nuestras fronteras.
La raza “Berrenda en negro” se distingue del colorado por su bella capa negra. Tiene también buena disposición para la doma y el aprendizaje, rapidez de respuesta y excelente sentido de orientación, lo que explica el hecho de que sea la raza preferida para el cabestraje de los toros de lidia. En la actualidad la raza berrenda cuenta con animales en las Comunidades de Andalucía, Castilla La Mancha, Madrid, Castilla León y Extremadura.
El buey preferido por los niños
Los orígenes de la raza “Barrosa”, característica por su aparatosa cornamenta, se remontan al tronco mauritano, que habría llegado a través de los contactos establecidos con los pueblos del norte de África. La raza alcanzó su período dorado en el segundo cuarto del siglo XIX, época en la que llegó a ser exportada a Inglaterra por su carne de una calidad realmente excepcional. Sin duda es el buey preferido de los niños.
Por su parte, los bueyes de la raza “Berrenda en colorado” son una típica raza de las provincias occidentales andaluzas, con un carácter dócil de gran utilidad para su uso como animal de tiro y como cabestro para el manejo de toros de lidia. Son animales de tamaño de medio a grande, de apariencia tranquila y porte noble, con reacciones rápidas pero sin agresividad, poseyendo grandes cualidades para la doma y el cabestraje.
Otra raza, que se caracteriza por tener como un pequeño flequillo sobre su cornamenta ligeramente inclinada hacia abajo, es la “Alistana sanabresa”, originaria de las comarcas zamoranas de Aliste y Sanabria y que son animales en peligro de extinción.
Como última curiosidad de Terrabuey, señalar que la finca se hizo famosa por ser la casa de Potxolo, el buey más grande y caro de España, con sus 190 centímetros y más de dos toneladas de peso.