Nueva York, la ciudad que nunca duerme, es conocida por su energía vibrante y su oferta cultural y turística inigualable. Pero ¿es un destino adecuado para un viaje en familia, especialmente con niños? La respuesta es un rotundo sí.

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Acompáñanos en un viaje por la Gran Manzana mientras exploramos las numerosas actividades y lugares que hacen de Nueva York un destino emocionante para toda la familia.

 

Explorando Nueva York con Niños desde lo más alto

Una de las experiencias más impresionantes para las familias que visitan Nueva York es verlo desde un mirador. Las vistas de día y de noche son muy diferentes y no sabrás cuáles te gustan más.

 

 

El mirador icónico de Nueva York es el Empire State Building, que ha sido un símbolo durante décadas. Más allá de las vistas panorámicas, este lugar ofrece una lección de historia de la ciudad. Para los niños, aprender sobre la construcción de este rascacielos histórico puede ser una experiencia educativa emocionante. Su construcción se completó en tan solo 13 meses gracias a la tecnología de producción en cadena y al esfuerzo de miles de trabajadores. Además, la arquitectura impresionante y el ambiente moderno son un recordatorio de por qué Nueva York es una ciudad única desde los años 30.

 

 

A los niños les encantará sentirse como en una película de King Kong. Realmente es el mirador que tiene una mejor experiencia previa antes de subir gracias a los recursos expositivos, audiovisuales, interactivos y adaptados a los niños, a los que se unen puntos para hacerse fotos divertidas en familia. Así podrás ser uno más de los obreros que participaron en la construcción del rascacielos entre vigas y remaches, entrar en uno de los primeros ascensores que se construyeron y verte entre las garras de King Kong.

 

 

Una vez arriba, la sensación de estar en el mirador del Empire State es única y las vistas espectaculares. Los miradores están en la planta 80 a través de ventanales y en la 86 con una barandilla muy alta.

Entradas incluidas en la New York City Pass. Puedes hacer la reserva de hora a través de la aplicación y en la entrada presentar los códigos QR que te facilitarán. Al reservar para verlo por la mañana, con la misma entrada podrás volver ese mismo día por la tarde para verlo de noche.

 

Desde The Edge Sky Deck se tiene una vista espectacular de todo Manhattan hasta la Estatua de la Libertad. Foto: Ignacio Arias

 

The Edge, el nuevo rascacielos de Nueva York, es el mirador al aire libre más alto del hemisferio occidental y se ha convertido en una atracción popular en Hudson Yards. Lo que hace que The Edge sea único es su plataforma de observación al aire libre llamada «The Edge Sky Deck,» donde puedes sentir la brisa y observar la ciudad desde una perspectiva completamente nueva. Es una experiencia emocionante que tanto los niños como los adultos disfrutarán.

No te pierdas la oportunidad de caminar sobre el suelo de vidrio mirando los 100 pisos a tus pies sobre la ciudad para una experiencia verdaderamente única o haceros una foto familiar tumbados sobre él. Desde la escalera y el espacio de descanso exterior tendréis una panorámica espectacular de la ciudad por encima de los cristales. Desde Central Park hasta la Estatua de la Libertad. La ventaja de este mirador al estar en un lateral de Manhattan es que se ve el Río Hudson hasta el distrito financiero, incluso se vislumbra el puente de Brookling.

 

El nuevo barrio verde de Nueva York

 

Hudson Yards es un verdadero prototipo de cómo las ciudades en el futuro pueden funcionar de una forma más ecológica. Descubrirás su esencia en la subida a The Edge recorriendo una zona expositiva donde se explica en qué consiste este prototipo que se está plasmando en este barrio neoyorkino. Es el primer desarrollo vecinal con certificación Leed Gold que se construye en Nueva York y que garantiza la eficiencia energética y el respeto medioambiental en la construcción de los edificios, así como el uso de energía sostenible, espacios verdes, aire limpio y reutilización del agua de lluvia. Hudson Yards es un espacio de investigación para ayudar a las ciudades a promover la sostenibilidad especialmente enfocado en la calidad del aire. Sistemas que hacen recircular el aire desde lo alto de los rascacielos hasta abajo e innovadores espacios verdes como el High Line Park que atraviesa el barrio, parques en las azoteas de los edificios o la reconversión de los piers en zonas deportivas como campos de prácticas de golf.

 

 

Recorrer una parte del High Line Park da una idea de lo que se está haciendo con este barrio. Se ha aprovechado la infraestructura elevada de una vía de tren que partía en dos la zona para convertirlo en un paseo verde en lo alto de la ciudad, lejos del tráfico, con múltiple vegetación. Lo puedes coger a la altura de Little Island y terminar en el Vessel, otra maravilla de la arquitectura que no te puedes perder.

 

 

Little Island es otro de los prodigios de la construcción que se inauguró en 2021. Una revisión del concepto de pier, que ha dado como resultado un fascinante parque suspendido en el río en el que disfrutar del atardecer desde las gradas del anfiteatro o divertirse haciendo música con las instalaciones que hay por el parque entre las más de 350 especies de plantas. La estructura sorprende desde que empieza a asomar entre las calles aledañas. Obra del estudio Heatherwick, emergen 132 tulipanes de hormigón sobre los pilotes que se han instalado entre los montones de madera del antiguo muelle 54 que se han conservado. Atravesar la pasarela e introducirte sobre los tulipanes es como entrar en el país de las maravillas. Un oasis inesperado en Nueva York con unas vistas increíbles de la bahía y un ambiente sosegado y silencioso que recarga las pilas en un intenso día de turismo por la ciudad.

Nueva York, tips para un viaje con adolescentes

 

El emblema del Sueño Americano

 

Un viaje a Nueva York en familia no estaría completo sin una visita a la Estatua de la Libertad. Los niños disfrutarán del ferry que los llevará a la isla y quedarán fascinados a medida que el barco se acerca a la estatua. Fotos icónicas, familiares y divertidas con ese gran símbolo de Estados Unidos. En su museo verán lo complicado que fue su construcción y lo que pretendía simbolizar. Aquí se expone la antorcha original. Las siete puntas de su corona representan los siete continentes por los que difunde la razón y la llama de la antorcha la libertad que ilumina al mundo, los grilletes rotos en sus pies representan la emancipación de los esclavos y el fin de la tiranía, la tabla en el brazo izquierdo representa la ley con la fecha de la declaración de Independencia de Estados Unidos (4 de julio de 1776).

La Estatua de la Libertad fue donada por Francia a Estados Unidos en 1886 tras la Revolución Americana como símbolo de libertad y democracia. Si es verdad que Eiffel participó en su diseño, él solo ayudó a que la estatua se mantuviera en pie. Fue Frederic Auguste Bartholdi quien diseñó la estatua como un rompecabezas gigante. Más de 300 láminas de cobre, procedentes de Noruega, encajan entre sí para formar el exterior de la estatua. Las láminas se moldearon mediante el método repujado que se explica en el museo, y se llevaron a Estados Unidos donde fueron ensambladas sobre una estructura de barras y vigas de hierro diseñadas por Gustave Eiffel. De aquí viene la creencia de mucha gente de que fue Eiffel quien diseñó la Estatua de la Libertad.

Al final de tu visita podrás hacerte una foto de familia y elegir en imágenes los valores más importantes que para vosotros garantiza la libertad. Una buena ocasión para descubrir a qué le dan importancia vuestros hijos.

La estatua se muestra como madre de los exiliados ofreciendo bienvenida mundial, aunque no para todos fue así. Para muchos, representa el final de un viaje difícil de ilusiones truncadas al no permitírsele la entrada al país.

 

 

Es la otra cara de la moneda que se muestra en la Isla de Ellis. Pegada a la de la Libertad, se llega a ella en ferry y ambas conforman la misma excursión incluida en la City Pass.

En la isla de Elis descubriréis que no todos los que llegaban a América eran tan libres y tan iguales. La historia de la inmigración en Estados Unidos tiene puntos negros que irás descubriendo en carteles como el de 1851 que advierte a la gente de color de Boston que evite hablar con los policías porque están facultados para actuar como cazadores de esclavos o el que anuncia un boicot contra chinos y japoneses en el momento en que la Ley de Exclusión China prohíbe toda la inmigración de chinos de 1882 que estuvo vigente hasta 1943.

La gran sala de registros era el primer punto por el que, entre 1892 y 1954 pasaron más de 12 millones de inmigrantes. Aquí superaban un primer interrogatorio y una primera inspección visual respecto a su salud. Se les marcaba el abrigo con tiza en la parte de la espalda un símbolo que podía significar enfermedad mental, conjuntivitis, espalda, hernia, embarazo, ojos, corazón… y así una larga serie de símbolos. Los que tenían la marca de tiza no entraban a suelo americano.

Actualmente en esta gran sala de registros los niños se pueden acercar a la Junior Ranger Station y probar con los juegos de habilidad que se les proponen. Pero si de verdad quieren convertirse en un Junior Ranger ve a recoger tu libro de actividades en el mostrador de información. Aquí le darán al niño un programa, lápiz e instrucciones sobre cómo completar las actividades para ganar la insignia. El libro de actividades les guiará durante una hora a través de la estación de Inmigración haciendo la visita más amena mostrándoles cómo era ser un inmigrante y por qué es importante proteger y preservar los lugares históricos. Una vez completada la actividad, los más pequeños tomarán el juramento de servicio de Junior Ranger. Otra forma de realizar la visita es siguiendo la audioguía, que es gratuita con el acceso de la City Pass. Hay dos versiones, una para adultos y otra para niños, verás el número que debes marcar en cada sala.

Entradas incluidas en la New York City Pass. Puedes hacer la reserva de hora a través de la aplicación y en la entrada presentar los códigos QR que te facilitarán.

 

Un día en el museo

 

El Museo de Historia Natural es el lugar perfecto para que los niños exploren el mundo natural y la historia. Seguro que es uno de sus planes más esperados de Nueva York gracias a la película Noche en el Museo. Desde los dinosaurios hasta el famoso esqueleto de ballena azul, el Museo de Historia Natural ofrece una visita divertida y fascinante para toda la familia.

La entrada está incluida en la City Pass, aunque debes reservar con antelación en la app el día y la hora que quieres vistarlo. Nada más llegar podrás elegir entre ver el espectáculo del Espacio del Planetario o el Vivario de Mariposas y en función del horario recorrer las más de 40 galerías de las salas permanentes.

Antes de tu visita es recomendable que os descarguéis la app gratuita del museo que os guiará paso a paso por el museo con un mapa interactivo o, si sois más analógicos, siempre podéis seguir el recorrido con el mapa físico que os facilitarán a la entrada. Os facilitará mucho la visita si con antelación pensáis en qué es lo que le interesa a cada miembro de la familia, pues ten en cuenta que es uno de los museos de historia natural más grande del mundo.

Nada más entrar os impresionará el gran esqueleto de dinosaurio que atraviesa el lobby entre columnas, cristaleras y techos abovedados.

 

 

A vuestra izquierda os sorprenderá la sala de los mamíferos africanos con una manada de elefantes que parece correr hacia vosotros. Rodeando a los elefantes disfrutareis viendo jirafas, leones, orangutanes, hipopótamos en espectaculares dioramas que recrean su hábitat natural. En esta planta podéis ver también los mamíferos asiáticos y los pobladores de Asia y África con sus construcciones y su indumentaria típica. Desde los esquimales de Siberia a los mayas en México. Espacio especial tiene los nativos americanos con sus penachos de plumas y sus tipis.

En la cuarta planta es donde están los grandes esqueletos de dinosaurios, una de las zonas más impresionantes del museo y que más atrae a los niños. Animales prehistóricos terrestres como los mamuts y acuáticos como las enormes tortugas se mezclan con los grandes herbívoros. En ocasiones, un solo esqueleto atraviesa varias salas.

En la primera planta las salas de los meteoritos y minerales conservan enormes ejemplares que os dejarán con la boca abierta.

Hay una parte del museo que os sorprenderá por su arquitectura ya que rompe completamente con la estructura clásica del resto del edificio. Se trata de la nueva extensión que parece una cueva tallada en la roca, como si de una obra de Cesar Manrique se tratara. En esta parte del museo puedes ver el vivero de mariposas que requiere un ticket aparte.

Entradas incluidas en la New York City Pass. Puedes hacer la reserva de hora a través de la aplicación y en la entrada presentar los códigos QR que te facilitarán.

 

El corazón verde de Manhattan

 

Tras una interesantísima mañana en el museo, quizás el mejor plan sea hacer un picnic en Central Park. Solo tienes que cruzar la calle y dedicar la tarde a este gran pulmón de la ciudad que es un oasis de naturaleza en medio de los rascacielos.

Dirígete al Belvedere Castle dentro del parque y sube a su torre para disfrutar de unas espectaculares vistas del parque. Se trata de un pequeño castillo de 1869 de estilo gótico situado en el segundo punto más alto del parque. Muy cerca tienes una casa de campo sueca de madera donde se realizan espectáculos de marionetas y el jardín de Shakespeare que recrea la campiña inglesa. Y es que Central Park no dejará de sorprenderte si decides perderte por él ya sea en bici, en coche de caballos o andando. En sus lagos también podrás alquilar un bote para remar en familia. Y no dudes que vas a ver ardillas ¡están por todas partes!

Un punto que tiene una energía especial, sobre todo para los adultos, es Strawberry Fields. Una zona dentro del parque justo enfrente de la casa de John Lennon con un mosaico en blanco y negro con la palabra Imagine en recuerdo del Beatle. No es raro encontrar allí a algún músico cantando canciones de la mítica banda.

 

 

Dentro de Central Park hay algunas estatuas que le pueden interesar a los niños como la de Alicia en el país de las maravillas o la de Balto, un perro de trineo que corrió sin tregua para entregar medicinas a los niños de Alaska a los que salvó de la difteria. Y si tenéis tiempo no dudéis en entrar en el zoo de Central Park, situado en la parte baja del parque con entrada desde la Quinta Avenida.

Una buena forma de descubrir la parte norte de Central Park en familia es con  la audioguía interactiva para niños. Dos personajes: Lettie, viajera del tiempo y Alex, guía ce Central park buscan pistas para que Lettie pueda volver a casa en Harlem. Hay que seguir las instrucciones y resolver los acertijos que se presentan en cada parada, para lo que hay que buscar en el parque los carteles con los códigos para poder continuar con la gymkana.

 

En la meca de los musicales

 

El nuevo Museo de Broadway te brinda la posibilidad de sentirte entre las bambalinas de un gran musical de Broadway. Los seguidores del teatro musical encontrarán este museo fascinante donde disfrutarán haciéndose divertidas fotos en los decorados. Pueden aprender sobre la historia del teatro musical en Nueva York y explorar trajes, escenografías y recuerdos de producciones icónicas. Este museo ubicado en el corazón de Times Square cuenta de una manera interactiva cómo Broadway se convirtió en el epicentro del teatro musical. Después, un recorrido por los principales musicales que han triunfado en la Gran Manzana. Cada sala del museo es un decorado de uno los grandes títulos que han pasado por Broadway. Comenzarás en una habitación forrada de plumas rosas del musical Ziegfield Follies. Pasarás al ambiente campestre del Mago de Oz. Para West Side Story se ha recreado un bar de los 60 con su máquina de discos y las azoteas de Nueva York. En otra sala, un gran columpio rosa del musical hippie Hair del que te costará sacar a las niñas. O las sillas de Cabaret o Chicago donde no os resistiréis a haceros una foto con los bombines. Los espectaculares trajes de El fantasma de la Opera o los artilugios con los que los bailarines recrean a los animales en El Rey León llamarán la atención de los niños.

Una gran maqueta muestra cómo es un teatro de Broadway, desde el escenario y las butacas, hasta todo lo que se esconde detrás del telón como los talleres de los decorados o el vestuario, guiones, bocetos, sala de maquillaje y por fin, sales al escenario a recibir el aplauso del público.

Al salir, volveréis a sentiros en el foco del mundo en pleno Times Square rodeados de luces y música.

Nueva York es una ciudad que tiene algo para todos, incluyendo familias con niños. Desde miradores impresionantes hasta museos educativos, parques y experiencias culturales, la Gran Manzana nunca deja de sorprender. Planificar un viaje en familia a Nueva York es una apuesta segura para crear recuerdos inolvidables.

 

Información práctica

New York CityPASS

La Tarjeta incluye entrada a cinco atracciones top de Nueva York. Dos fijas y otras tres a elegir entre 6 opciones. Para todas ellas es necesario reservar previamente el día y la hora de la visita para evitar colas. Todas esas gestiones las podrás hacer a través de la app My CityPASStm (disponible en App Store o Google Play)

Atracciones incluidas

  • Empire State Building
  • Museo Americano de Historia Natural
  • Además, su elección de cualquiera de 3 de los siguientes:
    • Top of the Rock® Observation Deck
    • Acceso en ferry a la Estatua de la Libertad y Ellis Island
    • 9/11 Memorial & Museum
    • Circle Line Sightseeing Cruises
    • Intrepid Sea, Air & Space Museum
    • Museo Guggenheim

Precios e información válidos hasta el 29 de febrero de 2024

Precio Adulto: $138 | Niño (6-17) $118

Ahorro: 40%

La tarjeta es válida por 9 días consecutivos comenzando e incluyendo el primer día de uso.

La tarjeta móvil se puede comprar on line en CityPASS.com

Más información en la página web de New York City Tourism