Túnez reúne en un único destino la magia de su historia, los paisajes únicos del desierto, la calidez de sus playas mediterráneas y las localizaciones de Star Wars. Para familias con adolescentes, el país ofrece una combinación perfecta de actividades culturales, aventuras emocionantes y momentos de descanso que permiten disfrutar juntos.
Mientras se exploran escenarios tan variados como antiguos coliseos romanos, viviendas trogloditas, Mezquitas con su medina, el vasto Sahara o los decorados de Star Wars; su accesibilidad y oferta turística bien desarrollada convierten a Túnez en un destino ideal para quienes buscan experiencias auténticas y memorables en familia.
Itinerario sugerido para descubrir Túnez en familia
Un recorrido por Túnez podría comenzar en Hammamet, disfrutando de sus playas y la comodidad de sus resorts familiares. Desde allí, una visita al imponente Coliseo de El Djem y un recorrido cultural por Kairuán permiten adentrarse en la riqueza histórica del país. Continuando hacia el sur directo a Djerba, las familias pueden explorar las fascinantes casas trogloditas de Matmata, escenario de la casa de Luke Skywalker. Tras disfrutar de la playa de Djerba y de los murales de Djerbahood, sigue ruta para pasar una noche inolvidable bajo las estrellas en un campamento sahariano. La aventura sigue en Tozeur, con su acceso a los decorados de Mos Espa y a los oasis, para finalmente cerrar el viaje con un vuelo cómodo y económico desde Tozeur a la capital, donde se pueden descubrir joyas culturales como el Museo del Bardo y el pintoresco Sidi Bou Said.
Explorando la historia y cultura tunecina
Túnez atesora un gran patrimonio fruto de su ubicación privilegiada en el Mediterráneo que la convirtió en objeto de deseo de muchos imperios
Museo del Bardo: el arte de los mosaicos romanos
![Interior del Museo del Bardo con mosaicos romanos.](https://www.rutaenfamilia.com/wp-content/uploads/2024/12/Foto-2-museo-del-bardo-scaled.jpeg)
El Museo del Bardo alberga la mayor colección de mosaicos romanos del mundo. El triunfo de Neptuno sobre las cuatro estaciones es uno de los más significativos.
El recorrido cultural por Túnez comienza con una visita al Museo del Bardo, uno de los más importantes del norte de África. Ubicado en un antiguo palacio, este museo alberga la mayor colección de mosaicos romanos del mundo, con piezas que relatan la vida cotidiana, la mitología y los momentos históricos de las civilizaciones que han habitado la región. Para los adolescentes, es una oportunidad única de conectar con la historia a través de un arte visual impresionante, en un entorno que combina elegancia arquitectónica con contenido educativo. El Museo del Bardo establece el tono perfecto para adentrarse en la riqueza cultural de Túnez.
Fortaleza de Hamammet, Conquistada por la orden de Malta
Hammamet significa baños y fue fundada por los romanos. Hoy es un destino turístico de playa con gran animación y sus característicos carros de caballos para turistas que parecen la carroza de Cenicienta, pero conserva su centro histórico con la medina amurallada y la fortaleza.
La fortaleza fue construida en 1260 para protegerse de los genoveses, pero estuvo tomada por los españoles durante cuarenta años. Los caballeros de la Orden de Malta la tomaron en 1552 entrando disfrazados de turcos para que la población pensara que venían a protegerles de los españoles. De esta forma entraron y permanecieron durante 40 años. Finalmente entraron los turcos pero nunca se mezclaron con los tunecinos. De esta invasión quedan rememoraciones en la tradición popular, como en las marionetas infantiles donde la figura ridícula es la del soldado turco.
Merece la pena subir hasta la muralla de la fortaleza para disfrutar de las maravillosas vistas de la costa con las casas blancas. La medina es posterior a la fortaleza y está en el Golfo de Hammamet. Al llegar, puedes ver en la playa a los pescadores faenando antes de adentrarte en una de las puertas de la muralla para ir descubriendo los puestos de artesanía, terracota, alfombras, cuero y demás. Los vendedores suelen ser muy supersticiosos y por eso echan agua en el suelo y ponen música con los versos del Corán para atraer la buena suerte. Como en la mayoría de los zocos, el regateo es casi obligatorio cuando no hay precio en el producto. Comienza ofreciendo un 30% del precio que te digan y a partir de ahí comienza la negociación.
En el recorrido por la medina irás observando las puertas típicas tunecinas. Tradicionalmente tienen dos llamadores diferentes para hombres y mujeres. Así, por la diferencia de sonido, las mujeres en el interior de la casa sabían si se debían cubrir antes de abrir. Algunas incluso tienen un llamador más bajo para los niños.
Las medinas suelen tener siempre la misma estructura. El centro es la Mezquita, junto a las que se colocan los baños para purificar el cuerpo antes del rezo. Estos suelen tener las puertas de colores vivos para llamar la atención. En primera línea alrededor de la Mezquita se colocan los vendedores, en segunda línea los artesanos para alejar de la mezquita el ruido que generan mientras trabajan. Después, más alejadas se ubican las viviendas.
Las puertas de Túnez son un espectáculo en si mismas. Azules, verdes, amarillas… destacan por su colorido, pero también por su ornamentación. En algunas reconocerás la mano de Fátima, la cruz bereber o la media luna. Si ves la estrella de 5 puntas en una puerta es símbolo de que esa casa es islámica ya que significa los 5 mandamientos del Islam.
Coliseo de El Djem: Una aventura histórica para jóvenes
En Túnez, sorprendentemente, encontrarás el Anfiteatro mejor conservado de Imperio Romano y el cuarto más importante. Declarado Patrimonio de la Humanidad, es el mayor que se construyó en África, muestra de la importancia que Túnez tuvo para el Imperio Romano, que llegaron a esta tierra en busca de aceite, grano y sal. Túnez fue el granero de Roma y además un punto de parada de las caravanas que venían a Soussa por mar y seguían hacia Argelia.
El nombre romano del Coliseo es Thysdrus y aquí es dónde Máximo lucha en las escenas ambientadas en África de Gladiator. Aunque es más pequeño que el de Roma, tenía capacidad para 20.000 espectadores con hasta 36 metros de alto. El método que utilizaron para que la construcción aguantara la altura, fue mediante arcos apuntalados con arena.
Durante la visita, en la parte situada por debajo de lo que era la arena del Coliseo, los jóvenes podrán diferenciar la parte donde estaban encerrados los gladiadores de la de las fieras. La de las personas conserva las letrinas y la de las fieras tiene los huecos donde se ataban a los animales. Los gladiadores eran esclavos que podían conseguir la libertad después de tres años de lucha. Algo que no parece fácil a la vista de la desigualdad en esta lucha. Podía ocurrir que mientras estaban dos gladiadores luchando, subiera una fiera por una rampa de madera y se uniera al espectáculo, o que se abriera el foso y el luchador que cayera se lo comían las fieras.
Pero este coliseo también tiene una historia épica ya que fue el lugar de encierro de la última reina bereber, Al Kahina, quien resistió durante dos años. Se construyó un túnel por donde entraba la comida y la bebida, pero a día de hoy todavía no se ha encontrado. Para los tunecinos es un símbolo de emancipación femenina.
Ya imbuidos en la cultura romana, es interesante la visita el museo arqueológico de la ciudad, cuya entrada está incluida con la del Coliseo. Aquí los jóvenes se sorprenderán al ver en uno de los mosaicos el signo que inspiró la esvástica nazi. Para los romanos era un símbolo de felicidad y bienestar. Durante el recorrido, los mosaicos representan escenas puramente mediterráneas de la época, con escenas de caza con leones, un animal que ya no existe en el norte de África. Una gran composición que representa a las nueve musas acompañadas de sus atributos. Cada musa representanta una disciplina: Clío, la historia; Urania, la astronomía; Melpómene, la tragedia; Talía, la comedia; Terpsícore, la danza y el canto; Calíope, poesía épica y la elocuencia; Erato, la poesía lírica y amorosa; Polimnia, la poesía sagrada y la agricultura; Euterpe, la música. Es un buen momento en familia tratando de identificarlas. Y la triada mediterránea siempre presente en mosaicos dedicados al trigo, el olivo o la vid. El museo cuenta con una reconstrucción de una villa romana.
Ya inmersos de lleno en el Imperio Romano la mejor manera de concluir la mañana es realizando un taller de mosaicos frente al coliseo. Se trata de una experiencia creativa que ofrece el artista Ridha Hfayedh. Tendrás la oportunidad de ver a los artistas trabajando así como ver su exposición que cuenta con reproducciones de vangog o Picasso en micromosaico. Se puede pasar medio día y hacer vuestro propio mosaico que os llevais a casa y comer allí mismo comida tradicional tunecina. Allí podrás probar la tradicional ensalada Mechouia elaborada con pimiento, tomate, cebolla, ajo y con un punto picante, o la sopa de trigo que tomaban los pastores.
En fechas concretas realizan talleres de cocina romana en horno de barro, sin pimiento ni tomate y utlizando el garum siguiendo las crónicas que se conservan de la época. La oferta se va a ampliar con alojamiento en habitaciones romanas.
Visita a Kairuán: Historia para la nueva generación
Llegando a Kairuán nos adentramos en el comienzo de la etapa islámica de Túnez con el descubrimiento de la primera ciudad del islam en África y cuarta ciudad santa del islam, tras La Meca, Jerusalén y Medina. Estos cuatro puntos fundamentales del islam están representados en el centro de la Gran Mezquita de Kairuan. La ciudad fue fundada en el año 670 y está declarada Patrimonio de la Humanidad. Su posición estratégica la convirtió en el punto de partida para la conquista hacia el oeste.
En Kairuán se construyó la primera mezquita de toda África, que luego sirvió de modelo para la de Córdoba. Lo podrás comprobar en sus galerías de arcos. La Gran Mezquita reproduce el modelo de los Omeyas con el mihrab decorado en mármol, azulejos con reflejos metálicos y el minarete de forma piramidal. Precisamente fue un general del califato Omeya, Upba Ibn Nafi, el que fundó la ciudad. Murió a manos de los bereberes.
Antes de entrar en la Medina se encuentra la Mezquita del Barbero de Mahoma, también conocido como el Mausoleo de Sidi Sahbi, discípulo del profeta. Está abierta al público en horario de mañanas. Se trata de un complejo de edificios profusamente decorados con artesonados en yesería y madera y azulejería con representaciones de la puerta del paraíso. Patios en mármol con arcadas. La expresión “estar en el séptimo cielo” procede del islam donde existen siete cielos y siete infiernos.
Es posible que durante vuestra visita encontréis madres con niños que los llevan al templo y es que en este lugar se celebra la ceremonia de la circuncisión, obligatoria para los musulmanes. Aunque ya no se realiza en la propia mezquita sino en centros médicos, sí que se mantiene la ceremonia y celebración que eso supone. Se hace antes de que el niño cumpla los 6 años y se celebra durante tres días de fiesta. Una de las costumbres es llenar una vasija de caramelos que se tira al suelo para romperla y que los niños cojan los dulces que han caído. Es como una especie de piñata parecida a lo que se hace en la celebración de los bautizos cristianos. En el islam no existe esta figura del bautizo, cuando los niños nacen se les hace un llamamiento al rezo al oído para inculcarles en la memoria profunda el islam y con esto ya son musulmanes.
Una de las últimas construcciones en ser descubiertas, y de las que más sorprenden, son las cisternas Aglabita (siglo IX aC) que surtían de agua a toda la ciudad. Es un buen punto de partida para una panorámica de la ciudad antes de adentrarte en su Medina. Se trata de dos enormes estanques circulares que podrás ver desde las alturas con una magnífica vista de la ciudad al fondo.
Entre oasis y desierto en Tozeur
Cubierta la parte más histórica, esta etapa del viaje nos lleva a conocer una naturaleza sorprendente con grandes contrastes y múltiples opciones de actividades de aventura, ya que nos adentraremos en los oasis y en el desierto.
Oasis, la vida en el palmeral
Lo primero que conviene aclarar es el concepto de oasis, ya que el imaginario colectivo lo visualiza como un pequeño lago con palmeras alrededor. En realidad, el palmeral del oasis de Tozeur tiene un diámetro de 25 kilómetros y en él hay multitud de “fincas” de palmerales dedicadas a diferentes usos, además del cultivo del dátil. Así encontrarás alojamientos con casas turísticas entre palmeras, parques de tirolinas, el parque temático de dinosaurios Chak Wak, alojamientos en los árboles en Diar AbouHabibi, el ecomuseo al aire libre de los dátiles Eden Palm, parques infantiles y restaurantes con gastronomía tradicional en los que podrás comer un delicioso dromedario o un suculento cordero a la gargoulette. Un curioso recipiente de barro cerrado con una pasta de sal que traen a la mesa sobre las propias brasas. Un espectáculo y con un sabor increíble.
La actividad en el Sahara Lounge será una de las favoritas de vuestros adolescentes. Porque no es lo mismo hacer un recorrido de tirolinas entre palmeras y jaimas que entre pinos como lo hacemos aquí. Cuenta con circuitos para todos los niveles, desde los más peques hasta los más atrevidos. La experiencia puede finalizar con la comida en su restaurante al aire libre entre las tirolinas degustando una tradicional sopa de pastor y carne asada.
En el palmeral comenzamos a descubrir alojamientos singulares en los que mimetizarte con el entorno. En Villa Taouzert, tendrás una casa para tu familia con una cómoda zona exterior rodeada de palmeras. Por la noche la iluminación de las palmeras y la agradable temperatura invita a tomarse un té en el porche mientras te relajas de un intenso día y a la mañana siguiente un paseo entre las palmeras antes de que el servicio del hotel te traiga el desayuno con dátiles, ftair (una torta con una masa muy similar a la de nuestras porras), y un amplio surtido para que los adolescentes comiencen el día repletos de energía, dispuestos a hacer una ruta por los oasis de montaña.
Chebika y los oasis de montaña
En Chebika podrás hacer una ruta entre rocas y cascadas que comienza con una vista increíble del pueblo abandonado desde lo alto del cañón. El antiguo pueblo fue arrasado por las inundaciones en los años 60 y la población hoy está asentada a unos kilómetros en una zona menos inundable. La ruta tiene un recorrido circular sencillo para hacer con adolescentes que comienza en la cafetería donde hay baños y puestos de artesanía y donde puedes acordar con un local que os guíe. La primera parte recorre las calles del antiguo pueblo entre casas derruidas de adobe y tejados de madera y caña, para descubrir el espectáculo del gran cañón de roca con las palmeras que surgen al fondo. Tras pasar por una estrecha grieta entre las rocas, se abre ante vuestros ojos la bajada hacia el manantial de agua que surge de las montañas.
Una noche en el desierto
La mejor época para pasar una noche en un campamento en el desierto es de octubre a mayo. En el desierto está la mayor reserva de agua del mundo, a unos 200-300 metros de profundidad. Es esa agua la que provoca los cambios de temperatura por la noche. Nuestra aventura en el desierto comienza con el trayecto desde Tozeur a Douz. En esta travesía comienza a cambiar el paisaje hasta llegar a la laguna salada a tan solo 150 km de Argelia. El Chott El-Jerid es un antiguo mar interior, cubierto hoy por una capa de cristales de sal cuyo brillo forma sorprendentes espejismos mientras se atraviesa por la carretera asfaltada que lo cruza. En un tiempo se tragó caravanas enteras en sus arenas movedizas.
Hoy hay un punto donde puedes parar con el coche para caminar entre las figuras de sal y hacerte la mítica foto en la barcaza semihundida con el cartel del Titanic y la bandera de Túnez. En tu camino hacia Douz, pide a tu guía que te pare a ver el Zaouiet el Anes Hot Springs. Son las ruinas de un edificio que se construyó para poder enfriar el agua termal que surge de las profundidades a más de 50º. Mediante un sistema de canalizaciones para que vaya bajando la temperatura al contacto con el aire, esa agua se utiliza después para el riego. Parece un edificio en ruinas humeante, digno de una localización para una lucha de sables en la próxima entrega de la saga Star Wars.
Antes de adentraros en el desierto con el 4 x 4, una parada obligatoria en Douz para comer y emprender la excursión entre las dunas. Douz es la puerta del desierto y el origen de su nombre tiene una curiosa historia. Los franceses pagaron 12 francos a una tribu para que se asentaran en el lugar y controlaran la entrada al desierto por la parte este. Años después, esa tribu fue la primera que se levantó en armas contra los franceses. En diciembre, coincidiendo con nuestra Nochebuena, en esta ciudad se celebra un festival en el que se realizan carreras de dromedarios, bailes folklóricos y se recrean escenas de caza y de lucha.
La aventura del desierto comienza con la ruta en 4 x 4 por el desierto. Al inicio una pista asfaltada entre arena nos va adentrando entre las dunas, para terminar subiendo y bajando las pequeñas montañas de arena. A medida que se avanza, se observa cómo va desapareciendo la vegetación y el todo terreno se adentra en un paisaje de arena dorada. Una parada para pisar la arena del Sahara, sentirla deslizarse entre tus dedos y hacer fotos únicas en familia. Un poco antes de llegar al campamento encuentras en lo alto las ruinas de una antigua construcción defensiva romana. Es el sitio arqueológico de Tisavar, el enclave más al sur donde llegó el Imperio Romano.
Conviene llegar al campamento entrada la tarde, para evitar las horas de más calor. Sahara Lounge ksar Ghilane es un campamento sin grandes lujos pero con el privilegio de estar justo frente a las dunas y con un personal amable y acogedor que te hace participar con ellos de la fiesta nocturna al estilo bereber con los tambores alrededor del fuego. La velada comienza con la elaboración del pan de arena sobre las cenizas y la música tradicional de fondo al ritmo de los tambores. El ambiente es tan agradable y acogedor que todos terminan bailando bajo las estrellas, incluso los adolescentes.
Su situación frente a las dunas te permitirá salir, incluso en pijama, y ver amanecer en la inmensidad del desierto. Sin duda, una experiencia única e inolvidable sintiendo la arena fría bajo tus pies y el silencio absoluto ni siquiera roto por el sonido de animales. Abrumador.
Star Wars en la vida real: Explorando los escenarios de la saga
En un viaje en familia a Túnez, no puede faltar la visita al planeta Tatooine, especialmente para los fanáticos de la saga Star Wars que ha transpasado generaciones. Una saga cuyos comienzos vimos con nuestros padres en el cine y que hemos visto finalizar con nuestros hijos también en la gran pantalla.
Gran parte de la inspiración de George Lucas salió de Túnez y de la región de Tatooine, nombre que decidió darle al planeta de donde era originario SkyWalker. Todos están inspirados en viviendas y construcciones originales de los antiguos bereberes.
Matmata: Viviendas trogloditas y la casa de Luke Skywalker
Matmata, y en particular el Hotel Sidi Idris, es uno de los enclaves más icónicos de Una nueva esperanza(1977), donde se rodaron las escenas de la casa donde Luke Skywalker vivía con sus tíos en el planeta Tatooine. Las viviendas trogloditas, utilizadas por los bereberes, proporcionaron el entorno perfecto para recrear este mundo desértico. Los fanáticos pueden recorrer el hotel y sentir la misma atmósfera que impregnó las escenas de la película, haciendo de este un lugar de visita obligada para los seguidores de la saga.
Ksar Hedada: El hogar de Anakin en Tatooine
Ksar Hedada, un antiguo granero fortificado, se utilizó como el hogar de Anakin Skywalker en La amenaza fantasma (1999), cuando vivía como esclavo junto a su madre en Tatooine. La arquitectura bereber de este ksar añade una autenticidad única a la película, y hoy en día, los viajeros pueden explorar sus rincones y visualizar cómo estas estructuras sirvieron para recrear la vida en el desértico Tatooine.
Ong el Djemal: Un set en pleno desierto
Aunque Ong el Djemal es un set construido para la película, su verdadero encanto reside en su ubicación en pleno desierto. Acceder al lugar a través de las dunas en vehículos 4×4 convierte la experiencia en una auténtica aventura. Los visitantes pueden disfrutar de la inmensidad del desierto mientras recorren las arenas que formaron parte del universo cinematográfico de Star Wars, en especial las escenas de la ciudad Mos Espa en La amenaza fantasma.
Más allá de Star Wars ¿qué eran los Ksars?
Los ksar en los que se inspiró George Lucas son antiguos palacios-granero construidos por tribus seminómadas bereberes beduinos del desierto. En cada ksar se asentaba una tribu entera con su granero en la planta baja y sus viviendas en la planta superior. Eran prácticamente ciudades con una estructura semicircular para preservar del calor y protegerse de los ataques. Hoy en día, cada ksar está en manos de una familia y es costoso mantenerlas por lo que se busca darles alguna utilidad reconvirtiendolas en hotel o restaurante.
Ksar El Ferch
Las ruinas de Ksar El Ferch representan una parte clave de la historia arquitectónica tunecina. Aunque no formaron parte de los rodajes, este granero fortificado conserva su esencia como parte de la cultura bereber y proporciona un contexto histórico que enriquece la experiencia de quienes visitan los sets de Star Wars.
Ksar Ouled Debbab: Historia y hospitalidad en un antiguo granero
Ksar Ouled Debbab ha sido transformado en un hotel y restaurante que ofrece una experiencia única en un edificio cargado de historia. Esta fusión de patrimonio y hospitalidad brinda a los viajeros una oportunidad de descansar en un ksar auténtico mientras disfrutan de la rica cultura tunecina y de las comodidades de una habitación con baño privado y un restaurante de cocina tradicional.
Disfrutar de las playas de Túnez
Las playas de Túnez son una parada imprescindible en cualquier itinerario familiar, especialmente para adolescentes que buscan diversión y relajación. En Túnez las playas son privadas de los hoteles por lo que están limpias y cuidadas y disponen de todos los servicios. Con una combinación de paisajes espectaculares y una rica oferta de actividades, estas ubicaciones brindan la oportunidad perfecta para disfrutar del sol, el mar y la cultura local.
Djerba: La isla de los sueños
Djerba cuenta con una amplia variedad de resorts de lujo frente al mar, como el Hotel Iberostar Mehari, que ofrecen actividades acuáticas y entretenimiento para adolescentes, desde piscinas infinitas hasta deportes como kayak o paddleboard y la posibilidad de alojarte en régimen de Todo Incluido. Además, su proximidad a atracciones como Djerbahood lo convierte en un lugar ideal para explorar la cultura local.
Djerbahood es una visita obligada en Djerba, un barrio que se ha convertido en un museo al aire libre gracias a su impresionante colección de arte urbano. El proyecto comenzó en 2014 en el pueblo de Erriadh y ha sido revitalizado en 2022 involucrando a artistas internacionales que han creado obras en las fachadas de las casas locales, promoviendo la preservación del patrimonio arquitectónico y cultural de la isla. Las familias pueden pasear por sus calles y disfrutar de los coloridos murales, perfectos para fotos que seguramente serán un éxito en redes sociales.
Hammamet: Relax y actividades familiares
Hammamet es conocida por sus playas de arena dorada y aguas cristalinas, ideales para nadar o simplemente relajarse bajo el sol. Además, ofrece una rica oferta de actividades culturales y de ocio que atraen tanto a adolescentes como a padres.
A 60 kilómetros de la capital, es una zona completamente turística que comenzó a despuntar en los años 90 cuando se levantaron unos 40 hoteles. Las playas son privadas de los hoteles, aunque entre una y otra hay alguna zona pública. Cuenta con un puerto turístico, pero aún conserva su medina y la fortaleza.
Sidi Bou Said: Belleza mediterránea
Este encantador pueblo costero es famoso por su arquitectura en tonos blancos y azules, que recuerda a Santorini, pero con un toque tunecino único. Los visitantes pueden explorar sus callejuelas con tiendas con artesanía típica, mientras disfrutan de vistas espectaculares del mar Mediterráneo. Sidi Bou Said es también un excelente lugar para degustar un helado, un bambaloni, o tomar un té de menta con piñones mientras se admira la puesta de sol.
Si ya has decidido que vuestro próximo destino en familia será Túnez, te hemos escrito un completo reportaje para saber dónde dormir y comer a lo largo del itinerario. Te contamos los platos más típicos y los alojamientos mas exclusivos y originales.