Hay una Andalucía natural, la de los parques nacionales y naturales, las reservas de la biosfera, la de parajes y campiñas espectaculares… Atractiva, fascinante y única con espacios como Sierra Nevada, Doñana, Cazorla, Cabo de Gata o la Sierra de las Nieves. Naturaleza extendida por todo el territorio andaluz para, con todo el respeto, disfrutar en familia durante cualquier época del año
La diversidad, extensión y riqueza medioambiental de los territorios andaluces es tan impresionante que permite disfrutarla en cualquier momento del año. Abarca desde las cumbres más altas de la Península Ibérica en Sierra Nevada, extensos humedales como las Marismas del Guadalquivir, hasta espesos bosques mediterráneos como el del Parque Natural Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, pasando por desiertos volcánicos y tramos de costa sin habitar, como el del Parque Natural de Cabo de Gata.
Un dato muy significativo: más del 18 por ciento del territorio de Andalucía está protegido. Entre estos espacios destacan más de una veintena de Parques Naturales, que ofrecen un amplio número de equipamiento de uso público, como centros de visitantes, áreas recreativas, zonas de acampada, miradores y refugios. Junto a ellos, otros productos como las actividades al aire libre o las rutas culturales completan la oferta de este segmento de turismo de naturaleza e interior.
Entre todos los espacios naturales, destacan los tres Parques Nacionales que cuentan con esta declaración en Andalucía: Doñana, Sierra Nevada y, el recientemente incorporado de la Sierra de las Nieves.
Un paraíso de contrastes
En el corazón de la provincia de Málaga, la Reserva de la Biosfera y el Parque Nacional de la Sierra de las Nieves es un verdadero paraíso de contrastes, como pone de manifiesto la existencia de la sima GESM, la más profunda de Andalucía, o que sus cimas lleguen a alcanzar los 2.000 metros de altura, como es el caso de La Torrecilla.
La Sierra de las Nieves es un auténtico paraíso natural a tan sólo un paso de la Costa del Sol, a escasos kilómetros de Marbella y muy cerca de ciudades como Málaga y Ronda. Este espacio natural humanizado, modelo de convivencia entre el Hombre y la Naturaleza, engloba los municipios de El Burgo, Istán, Monda, Parauta, Ronda, Tolox y Yunquera.
Cada estación trae consigo nuevos colores, olores y sensaciones, que hacen que todo el año sea bueno para visitar este magnífico espacio natural malagueño; reino por otra parte de una auténtica reliquia botánica: el pinsapo. Y sobre todo destaca que es un escenario que ha desarrollado un modelo de turismo ecológico cultural, donde los amantes de la naturaleza, la aventura y la cultura disponen de un sinfín de actividades e inolvidables experiencias: descenso de barrancos, rutas etnográficas, espeleología o escalada, piragüismo… Además de otras idóneas para practicar en familia como bicicleta, rutas a caballo, senderismo y actividades de agroturismo y turismo activo.
Patrimonio de la Humanidad
Doñana no sólo es Parque Nacional y Reserva de la Biosfera, es Patrimonio de la Humanidad. Este complejo mosaico de paisajes que se derraman formando un horizonte llano, limpio, que se sitúa al sureste de la provincia de Huelva, junto a la desembocadura del río Guadalquivir, es un paraíso para las aves en el humedal más importante de todo el continente europeo.
Además del parque nacional de mayor extensión de España, Doñana es uno de los más singulares de Europa, por la riqueza de su fauna y flora, así como por sus peculiares ecosistemas, entre los que destacan las marismas. Entre las especies animales protegidas que podemos observar, se encuentran el águila imperial, el lince ibérico, el buitre leonado y mamíferos como el ciervo, el jabalí, el gamo y la nutria.
A caballo entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, Doñana es hoy un laberinto de tierra y agua que da forma a marismas, lagunas y caños, cotos y pinares, vetas y veras, dunas, playas y acantilados, Bonanza, Gallega, Ribetehilos o El Lucio del Cangrejo son claros exponentes de los complejos lagunares que dominan un espacio natural en el que también destaca el sistema de dunas en movimiento que discurre entre Matalascañas y la desembocadura del Guadalquivir.
Cultura e historia en la naturaleza
Por su parte, el Parque Nacional de Sierra Nevada es representativo de los sistemas mediterráneos de montaña y alta montaña. Alberga, además, un rico patrimonio cultural e histórico en el que se solapan legados tartesos, romanos y visigodos, sobre todo en la vertiente alpujarreña. Con 85.883 hectáreas entre las provincias de Almería y Granada, en esta sierra se localizan los mayores picos de la península ibérica: el Mulhacén, con sus 3.482 metros y el Veleta con 3.392.
Toda la zona de cumbres muestra las huellas de la erosión glaciar, con valles en forma de circos coronados por crestas y lagunas que ocupan las depresiones. Además, en verano es posible disfrutar de múltiples actividades y propuestas para el ocio, el deporte o el astroturismo.
En su interior, ecosistemas que comprenden desde los pastizales de alta montaña, piornales, bosques caducifolios hasta los matorrales mediterráneos, hacen de esta sierra un lugar con una elevada diversidad biológica. De hecho, presenta una de las floras más valiosas de Europa, con más de 2.000 plantas catalogadas de las cerca de 8.000 que existen en la península.
El andaluz más visitado
Declarado Reserva de la Biosfera por su belleza paisajística y riqueza biológica, a lo que se añade un interesante patrimonio cultural en la zona, el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas es el que recibe más visitantes de Andalucía y uno de los más visitados de España.
En sus sierras nace el Guadalquivir y entre sus frondosos bosques, que componen uno de los conjuntos forestales más ricos del país, predominan los pinares. Su vegetación posee una considerable riqueza florística con especies endémicas, como la conocida violeta de Cazorla. La fauna también es notable e incluye la cabra montés, el muflón, ciervo, jabalí, y otros.
Además, los numerosos atractivos de este parque han generado el desarrollo en el interior, de interesantes iniciativas relacionadas con el turismo de naturaleza y la creciente industria agroalimentaria. Por tanto, esta comarca conforma una geografía salvaje de gran valor ecológico, jalonada de hermosas poblaciones, un paisaje natural de olivos, pinares y matorral mediterráneo salpicado de aldeas y caseríos que conservan el sabor de ancestrales tradiciones.
Un geoparque y el lugar más lluvioso
Entre los Parques Naturales andaluces el de Cabo de Gata-Níjar, en Almería, fue el primer espacio marítimo-terrestre protegido de la región. Debido a los contrastes existentes entre el medio marino, el litoral y el terrestre, a las numerosas especies exclusivas que alberga, y a las características propias de uno de los ecosistemas más áridos de Europa, este espacio fue también reconocido internacionalmente por la UNESCO como Reserva de la Biosfera y Geoparque Mundial.
Un total de 50 kilómetros de la costa acantilada mejor conservada del litoral mediterráneo europeo, con playas bellísimas y rincones mágicos que contrastan con otro de los grandes parques naturales andaluces: la Sierra de Grazalema. También Reserva de la Biosfera y situado en el extremo occidental de la cordillera Bética, en tierras de Cádiz y Málaga, es, curiosamente, el enclave más lluvioso de la Península Ibérica. Su orografía es asombrosa y llama poderosamente la atención por sus cañones, cuevas y riscos, quebradas y valles.
Naturaleza, más historia y tradición
Muchos de estos y otros espacios naturales andaluces están cargados de historia y tradiciones, que aportan un valor añadido a la visita y el disfrute de la Naturaleza. Facilitado por la existencia de alojamientos, especialmente en el interior de Andalucía, que se concentran en los grandes parques naturales.
Así, son varias las rutas o comarcas donde disfrutar de un turismo de naturaleza e interior. Desde los mencionados Cazorla y Sierra Nevada, con el fantástico añadido en esta última de los mágicos pueblos de la Alpujarra granadina y almeriense, hasta la sierra de Huelva -que resulta única-, pasando por Sierra Morena en Córdoba y la Sierra Norte de Sevilla.
Y si en las tierras áridas de Almería, por la comarca de Los Vélez, Sierra María y Gádor, con la de Alhamilla, hay lugares que asombran a los visitantes, no lo son menos las sierras más húmedas de Andalucía, por tierras de Los Alcornocales, Grazalema -ya mencionada, Castellar de la Frontera y la Almoráima, en Cádiz.
También los pueblos blancos de la sierra gaditana desde los que se sube hasta la serranía de Ronda,en Málaga y los del Valle del Genal, cuentan con una oferta de alojamiento muy atractiva, donde se puede disfrutar de la ancestral cultura de estas tierras, de una gastronomía muy rica y peculiar y de entornos naturales que ensalzan todo lo que allí se puede vivir.
* Contenido ofrecido con la colaboración de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte