Incorporar una mascota a la familia es una decisión muy importante. En definitiva, es integrar un miembro más que traerá alegrías, sobre todo para los niños, para quienes se convertirá en un magnífico compañero, pero también asumir responsabilidades.

Tanto en la vida diaria como a la hora de planificar viajes, habrá que tener muy en cuenta al nuevo “familiar”. Y nos referimos a él pensando que a veces tal vez será un gato pero, en la mayoría de las ocasiones, se tratará de un perro

 

Ambos, perros y gatos, son los mejores amigos para muchas personas, y para los niños pueden convertirse en los mejores compañeros de juegos y de vida. Pero son seres vivos y se han de integrar al núcleo familiar casi como un miembro más.

Y en este sentido hay que tener en cuenta la situación de esa familia a la que se va a incorporar y buscar la mascota que mejor se adapte a su estilo de vida. Desde el día a día, con el espacio que necesitan al tiempo que se les va a dedicar, el tipo de paseos o ejercicio físico que demandan, la cantidad de comida que consumen, los cuidados específicos que requieren -incluidos los veterinarios-, el carácter de la mascota…

 

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E incluso, y muy importante, tener presente que va a esta ahí para las vacaciones y los viajes y escapadas a lo largo de todo el año y durante toda su vida… Y aunque cada vez hay más establecimientos que admiten mascotas, formas de hacer turismo con ellas e incluso todo tipo de facilidades para realizar los viajes familiares multiespecie, no siempre este tipo de desplazamientos son sencillos.

Esa conciencia de todo lo que conlleva adoptar una mascota la han de tener en cuenta los adultos, pero está claro y fundamental que han de saber transmitirla en su caso a los niños. Para todos, una mascota es un regalo -en toda la extensión de la palabra-, pero también una responsabilidad en todo momento.

No es un juguete o un capricho, un regalo de cumpleaños, Navidad o Reyes, si no un ser vivo al que dedicarle tiempo, amor y protección durante muchos años.

 

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Numerosos beneficios

 

 

Tenido en cuenta todo lo anterior, una mascota en la familia supone numerosos beneficios, para todos los miembros en general, pero especialmente para lo niños, tal y como indican expertos de Purina España, que dedica diversos estudios para el bienestar de las mascotas más allá del aspecto nutricional.

Una mascota ayuda al desarrollo emocional, puesto que proporcionan una fuente de amor y apoyo incondicional para los humanos y, especialmente, para los más pequeños, a quienes les hacen sentirse más seguros y protegidos, al tener a su lado a alguien con quien siempre pueden contar, jugar o incluso hablar. Además, y en general, ayudan a desarrollar habilidades como la empatía y el respeto, no sólo hacia los animales sino en todas sus relaciones.

Los niños que recen con una mascota desarrollan rápidamente conductas sociales, como la comprensión del lenguaje no verbal, y trabajan más su imaginación.

 

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Otro de los pros a considerar al traer una mascota a la familia es que fomenta la responsabilidad. Esto, si para los mayores debe ser ineludible e inexcusable, para los niños es una manera de enseñarles responsabilidad al involucrarlos en la necesidad de dar de comer, sacar a pasear, bañar o brindar afecto a una mascota. Así pueden incorporar a su rutina conductas positivas como la organización, la limpieza y el cuidado de los seres queridos.

La mejora del sistema inmunológico y, especialmente, el fomento de la práctica del ejercicio físico, son otros dos de los beneficios a tener muy en cuenta con las mascotas. En el primer caso porque el contacto temprano con animales domésticos puede tener efectos beneficiosos para el sistema inmunológico de los niños. Aunque obviamente no hay que descuidar cualquier aviso de posibles alergias.

 

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Alegría demostrada

 

 

En cuanto al ejercicio físico, resulta evidente que tener un animal en casa (sobre todo un perro) puede ser una excelente manera de motivar a los más pequeños para hacer más deporte y ejercicio. Pero es algo que se extiende también a los más mayores: actividades rutinarias como pasear o jugar con las mascotas fomentan la actividad física y combaten el sedentarismo. En este caso “sacar al pasear al perro” es uno de los mejores beneficios tanto a nivel físico, como mental, que aporta una mascota en la familia.

 

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Porque otra de las buenas cosas que los animales traen a la familia es la alegría. Las mascotas son los primeros mejores amigos que tienen los niños y se convierten en compañeros incondicionales e inolvidables. Por otra parte, esa alegría y benevolencia es extrapolable a todos los miembros de la familia: se ha comprobado que la interacción con animales eleva los niveles de serotonina y dopamina, los componentes químicos que nos permiten sentir emociones como la euforia y la excitación.

 

 

Responsabilidad con los animales

 

 

Respecto a la responsabilidad con los animales, empieza antes de integrarlos en la familia y a los aspectos ya antes mencionados. La responsabilidad también se refiere al momento de decidir acoger una mascota, que se debe ser un hecho consciente y comprometido. Las mascotas no son un objeto o un juguete, pero por desgracia son muchos los animales de compañía que son abandonados o acaban de vuelta en las protectoras.

Por ello la importancia de una adopción responsable y por supuesto duradera, con todas las consecuencias para dar una segunda oportunidad a una mascota que se convertirá en la mejor compañía, pero que requiere estabilidad, cuidados y cariño.

 

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A la hora de adoptar sí es recomendable tener en cuenta lo siguiente: elegir la mascota ideal para la familia: gato o perro. Tener en cuenta que las personalidades sean compatibles y que sus necesidades armonizan la rutina y las actividades familiares diarias. Es importante también elegir un refugio de animales de confianza, y preparar el hogar para la llegada de la nueva mascota: casi como si de un niño pequeño se tratase, hay que acondicionar su cama, preparar su comedero y bebedero y, especialmente, retirar todo lo potencialmente dañino: productos de limpieza, cables y enchufes, pequeños objetos con los que puedan atragantarse…

Lógicamente llevarlo inicialmente al veterinario para después mantener su calendario de vacunas y demás cuidados, y hacerle sentir integrado en su nuevo hogar, son otras acciones responsables con nuestras mascotas que, con el tiempo, sin duda se convertirán en un auténtico regalo para nuestras familias, una compañía que en la mayoría de los casos compensará con creces esos “sacrificios” que, por responsabilidad hacia ellos, debamos realizar.